"La diferencia con Pelé es que yo apenas supe driblar los problemas con los pies", dijo una vez, sobre su millonario ex compañero de la selección brasileña, Garrincha, muerto hace 25 años en un hospital de Río de Janeiro, con sus órganos devorados por el alcohol.
El 20 de enero de 1983 Garrincha murió a los 49 años de cirrosis hepática. Su tumba hoy está abandonada.
La imagen de Garrincha, héroe de Brasil en los Mundiales de Suecia 1958 y 1962, es la de la "Alegría del Pueblo" por sus regates inolvidables que nadie en la historia igualó. A tal punto que a sus marcadores de punta los llamaba de "Joao", a todos por igual. "Hoy me marca Joao", solía decir antes del juego.
Su biografía, llamada "Estrela Solitaria" y escrita por el periodista Ruy Castro, es el libro de cabecera del presidente Luiz Lula da Silva, quien habitualmente recuerda al futbolista con alegría y un poco de misericordia.
Muerto en la pobreza, 14 hijos (uno nacido en Estocolmo tras su paso por Suecia 58), tres matrimonios frustrados, el más famoso con la cantante Elza Soares, Garrincha fue el espejo roto de Pelé. Nunca fueron amigos y ambos, cuando se encontraban, aclaraban eso, en total armonía y sinceridad.
Un encuentro armado por una revista deportiva Placar en 1982 juntó a Pelé y a Garrincha, según la biografía de Ruy Castro. Cerca de la muerte, Garrincha le dijo en esa entrevista a Pelé: "Oye rey, no tienes algunas monedas para prestarme, sé que estás llenos de verdes (dólares)".
Alcohólico, mujeriego, salidor, irreverente, Garrincha se mezclaba con el pueblo en los carnavales, en los bailes, en partidos de fútbol sin importancia. Se alejaba de quienes lo elogiaban, pero se acercaba a los bares, que le fiaban la cerveza y la cachaça.
Nacido en Pau Grande y criado por su hermana mayor, Garrincha llegó al mundo con características físicas genéticas alteradas: sufría de distrofia física, sus piernas torcidas. La izquierda era seis centímetros más corta que la derecha.
A tal punto que en los test psicofísicos para el Mundial de Suecia 1958 sacó 38 puntos, contra los 123 necesarios para subirse al avión hacia Estocolmo.
Condenado a dejar el fútbol por ese test, Nilton Santos, lateral izquierdo de Botafogo encabezó un movimento interno dentro del plantel donde brillaban Didí y Vavá que dio sus frutos y Manoel dos Santos, Garrincha, consiguió un asiento hacia Europa.
La táctica de ese equipo es recordada aún por los periodistas deportivos: "Hay que dársela a Garrincha".
El aniversario 25 de la muerte de Garrincha -cuyo nombre lleva el estadio de Brasilia- se enmarca en una disputa entre Botafogo y los hijos del crack.
La familia reclama que la estatua en homenaje a Garrincha sea mantenida en el el estadio Maracaná, mientras que Botafogo quiere llevarla hacia su nueva cancha, el estadio Joao Havelange.
La biografía de Ruy Castro tardó en salir a la venta porque fue objetada en 1995 ante la justicia por la familia del crack, dado que el escritor escribió que todos los relatos de las amantes y amigos de él, hablaban de la extensión de su pene, de 25 centímetros, como algo inusual.
Un juez resolvió que ese dato era válido y hasta positivo para el crack en una sociedad machista.
Garrincha apenas perdió un partido con la selección brasileña, contra Hungría en Inglaterra 66. Y un dato más que llamativo: nunca Brasil cayó con Garrincha y Pelé jugando juntos con la verdeamarilla.
Comenzó en Pau Grande, en un equipo de la fábrica textil del pueblo, luego fue a Botafogo (cinco títulos), Atlético Junior de Colombia (1 partido), Corinthians, Flamengo, Olaría. Su último partido fue a los 48 años para Planaltina, en los suburbios de Brasilia, luego de años regados por alcohol, violencia familiar causada por la abstinencia, hospitales y bolsillos vacíos.
Los especialistas atribuyen a Garrincha el Mundial 1962 ganado por Brasil en Chile, dado que Pelé quedó fuera de la competición por lesión.
Tras enterarse de la muerte de Garrincha (sobrenombre dado por un pájaro de las sierras de Rio de Janeiro) Carlos Drummond de Andrade, uno de los mayores poetas de la historia de Brasil, lo lloró: "Fue un pobre y pequeño mortal que ayudó a un país entero a suspender las tristezas. Lo peor es que las tristezas vuelven y no hay otro Garrincha disponible. Se necesita un Garrincha nuevo que nos alimente el sueño".