viernes, 29 de enero de 2010

LAS BRUJAS DE SALEM

Salem, la sola palabra evoca la imagen de brujas, aquelarres, persecuciones y hogueras; de persistencia, de lucha contra el demonio y de un lugar en donde se hizo famosa la confesión cruzada que a partir de entonces se conoce como «cacería de brujas». Sin embargo, muy pocos saben qué fue lo que realmente pasó y aquellos que han averiguado algo no logran ponerse de acuerdo en cuál fue la causa .

Lo que se sabe de la historia es lo siguiente: la mañana del 20 de enero de 1692, en el poblado de Danvers —que entonces era una parroquia del pueblo de Salem— en Nueva Inglaterra, dos niñas la hija, Betty, y la sobrina, Abigail Williams, del ministro de la villa, el reverendo Samuel Parris, empezaron a mostrar ataques, desmayos y comportamientos extraños, afirmando que se sentían afligidas por una presencia sobrenatural, inhumana e invisible.

Los colonos, doctores y autoridades juzgaron que eso era obra del demonio e instaron a las niñas a confesar quién les había causado tales aflicciones. Las niñas acusaron a su nana Tituba, una esclava negra procedente de Barbados que trabajaba en casa de Parris y que les había llenado la cabeza de cuentos y fantasías procedentes de su creencia en religiones primitivas, vudú, apariciones y hechizos; y también a otras dos mujeres: Sarah Good y Sarah Osburn.

En febrero de 1692, las tres mujeres fueron examinadas por los magistrados del pueblo, quienes les preguntaron si tenían contacto con el demonio y las exhortaron a confesar para salvarse, ya que si no lo hacían serían condenadas a la horca. Las dos Sarahs lo negaron todo, sólo Tituba confesó ser bruja y haber visto al diablo en forma de cerdo y perro, haber visto el libro del demonio y haber firmado en él. Afirmó, además, que fue su espectro el que la obligó a causar en las niñas esas aflicciones. La corte entera de jueces y parroquianos se quedó sorprendida y fascinada con la narración y la creyó a pie juntillas.
A partir de la confesión de Tituba, las tres mujeres fueron encarceladas en Boston en condiciones realmente precarias, a tal punto que una de ellas —Sarah Osburn— enfermó y murió en prisión. Los relatos corrían de boca en boca, la gente creía todo lo que oía, por lo que pronto otras niñas mostraron los mismos síntomas y acusaron a otras mujeres, lo que dio por resultado una fiebre que condujo a docenas de personas a la cárcel. Para salvarse, los pobladores se culpaban unos a otros de cualquier nimiedad que podía ser considerada brujería.

El problema creció a tal punto que se nombró una corte desde Boston, compuesta por siete jueces, para tratar los casos de brujería. La corte basaba sus veredictos únicamente en las reacciones y las afirmaciones de las niñas afectadas y en marcas que consideraban como estigmas de la brujería —lunares, cicatrices, etcétera. La prueba definitiva era que la misma acusada confesara —aunque fuera empujada a ello para salvar su vida o en todo caso su alma. Asimismo, era necesario que señalaran a otra persona que las hubiera iniciado en el mal. Obviamente de cada juicio surgían más y más sospechosas, y se empezó a condenar a muchísimas personas que eran inocentes.
La fiebre duró varios meses, las últimas ejecuciones fueron el 22 de septiembre, pero los procesos legales continuaron hasta mayo del año siguiente —1693. Después de cinco años, la fiebre de las brujas de Salem había bajado, pero la villa entera estaba arruinada, muchas familias se habían separado y resquebrajado. Además, las cosechas de la región se habían visto seriamente disminuidas y el ganado estaba muerto o había huido. Las casas y las familias estaban devastadas a causa del pánico y el desgaste. Quedó una sombra en el condado, una sombra que aún perdura hoy día.

Pero, ¿qué es lo que realmente pasó? ¿Por qué hubo tantos condenados? ¿Por qué se mató a tanta gente? Y, sobre todo ¿a qué se debieron los ataques de las niñas?

Primero, habría que entender el mundo en el que vivían los colonos de esta región, en la que se habían establecido recientemente provenientes de una Inglaterra que no había querido reformar su iglesia, institución que ellos consideraban mundana y corrupta. Su intención era crear en esta tierra americana un New Bible State en el que sólo los miembros devotos prevalecieran y el mal se combatiera día con día. Ellos estaban seguros de que eran el pueblo escogido para llevar el mensaje de Dios a una tierra que antes estaba en manos del diablo. De hecho Salem es la contracción de la palabra Jerusalem, los colonos pensaban fundar en esta tierra la Nueva Jerusalem.
Las creencias de estos colonos los determinaban. Creían en el diablo como un ser equiparable a Dios y al que sólo Dios podía someter. Y creían también —de acuerdo con una tradición que data del medioevo y que se mezcla con ideas paganas— que el diablo no podía agredir a ninguna persona físicamente, sino que forzosamente tenía que hacer contacto con una mujer —la mujer era de naturaleza maligna: Eva le había dado la manzana a Adán— que tendría que firmar en su libro su nombre con sangre y en ese momento era nombrada «bruja».

Por ejemplo, en 1647 las colonias de Rhode Island, Massachusetts y Connecticut dictaron una ley que decía «La brujería está prohibida en esta colonia, la pena por su práctica será inexorablemente la muerte». En 1648 se llegó incluso a crear el cargo de witchfinder «buscador de brujas» para vigilar actos que se consideraban heréticos o heterodoxos.

El mundo de los colonos era un «mundo de espíritus» en donde lo invisible, lo mágico y lo diabólico los rodeaba. Un mundo preilustrado que no entendía de conocimientos científicos y en el que muchos acontecimientos carecían de explicación: los niños se enfermaban de pronto y morían, los animales sufrían de misteriosos males; sin luz eléctrica, en la noche se veían visiones fantasmales y se escuchaban ruidos inesperados.

Por otro lado, habría que apuntar que, a finales del siglo XVII, la situación económica y social de la Nueva Inglaterra no era la mejor, la población había crecido, la tierra era escasa y los sueños de la Nueva Jerusalem estaban lejos de cumplirse. La gente aún no se recuperaba de las secuelas que habían dejado las guerras de indios — Indian Wars — en las que los colonos lucharon contra los franceses y contra los indios Wabanakis por tierras.

La primera guerra fue de 1675 a 1678 —la guerra del Rey Guillermo— y la segunda en 1688, ambas afectaron sobre todo a los novoingleses de Maine y New Hampshire quitándoles sus tierras, matándolos o forzándolos a dejar sus hogares. Los conflictos resurgieron años después y no terminaron sino hasta principios de 1700. La proximidad de Salem a Maine y a New Hampshire inevitablemente afectó a los pobladores que tuvieron que ceder territorio o prestar tierras a los refugiados. De hecho, entre los acusados encontramos personas que habían vivido en Maine y más aún, que habían luchado en esa guerra.

Las guerras no sólo dejaron secuelas económicas y sociales, sino que calaron en la ideología puritana de los colonos, recrudeciendo aún más su creencia en la malignidad de la tierra en la que vivían. El hecho de que los aliados de los indios —los franceses— fueran católicos sugería la falibilidad del protestantismo y la ira de Dios contra ellos. Perdían la guerra y con ella sus tierras, sus hombres, sus mujeres, su ganado, sus casas y sus embarcaciones. Al final de cada conflicto adjudicaban su fracaso no a su ineptitud sino a Dios. Ciertamente, todo esto alimentó la idea de que el demonio estaba actuando en contra de ellos, actuando con impunidad en el mundo. Si Dios había «alargado la cadena» que usualmente limitaba la malevolencia de Satanás, ¿qué se podía esperar?

En cuanto a los ataques y crisis originales, varios historiadores afirman que fueron fingidos desde el principio, otros que las niñas eran histéricas —lo cual es muy probable— o simplemente que se trataba de adolescentes consentidas.

Mucho también se ha hablado de que los pobladores sufrían de envenenamiento por ergot , una sustancia que surge del cornezuelo de centeno y que provoca alucinaciones. En épocas más recientes, se ha hablado de una epidemia de encefalitis tanto en las bestias como en los colonos. Asimismo, se han aducido muchas otras causas para las crisis, como enfermedades del sistema nervioso central, intoxicación y drogas. Sin embargo, ninguna de estas hipótesis es certera y ninguna explica el contenido de las visiones de las niñas, que probablemente sólo eran producto de su imaginación infantil, exacerbada por los cuentos de la nana caribeña.

Lo que es un hecho es que si los primeros ataques podrían haber sido causados por diferentes razones, los ataques subsecuentes y los de las demás niñas y mujeres seguramente fueron imitaciones, puestas en escena que ellas mismas montaban para asegurarse de que no serían acusadas.

La cacería de brujas es un ejemplo de las consecuencias de una ideología puritana que ha evolucionado a lo que es hoy la sociedad estadounidense. Siglos después —a mediados del siglo xx — se repetiría una persecución similar hacia los comunistas, en manos del senador republicano Joseph McCarthy, situación en la que mucha gente —escritores, actores y artistas— fue condenada y perdió su empleo.
La cacería de brujas en Salem muestra la forma en que las creencias influyen en el destino de las personas. A los jueces y a los colonos les convenía creer que las mujeres eran brujas y que todo era obra del demonio, pues esto los exoneraba de la responsabilidad de todos los males que sufría la Nueva Inglaterra. Porque querían creer, creyeron.

Lista de Personas acusadas de brujería en la población de Salem

Bridget Bishop:ahorcada el 10 de junio

Ahorcadas el 19 de julio:
Sarah Good
Elizabeth How
Susana Martin.
Rebecca Nurse
Sarah Wilds

Ahorcados el 19 de agosto:
George Burroughs.
Martha Carrier
John Williard
George Jacobs

Dorcas Hoar: condenada el 6 de septiembre. Posteriormente indultada.
Abigail Willians: condenada el 6 de septiembre. Posteriormente indultada.
Mary Bradbury: condenada el 6 de septiembre. Fugada de prisión.
Sarah Cloyce: condenada el 6 de septiembre. Posteriormente indultada.
Mary Lacy: condenada el 6 de septiembre. Posteriormente indultada.
Rebeca Eames: condenada el 17 de septiembre. Posteriormente indultada.
Giles Cory: condenada el 19 de septiembre. Cadena perpetua.

Ahorcadas el 22 de septiembre:
Martha Cory.
Mary Esty
Alice Parker
Mary Parker
Ann Pudeator
Wilmot Red
Margaret Scott
Samuel Waldwell

Abigail Faulkner: embarazada, no fue ejecutada. Cadena perpetua.
Elizabeth Proctor: embarazada, no fue ejecutada. Cadena perpetua.
Ann Foster: muerta en prisión.
Sarah Osborne: muerta en prisión.
Tituba: encarcelada, posteriormente vendida como esclava.

Además, estuvieron implicadas muchas otras personas que no llegaron a ser juzgadas y condenadas, aunque sí encarceladas y torturadas.

jueves, 21 de enero de 2010

EL FLAUTISTA DE HAMELIN: UN CUENTO SINIESTRO

Como la gran mayoría de cuentos de los hermanos Grimm, los cuales me parecen siniestros y no para niños El flautista de Hamelín es una fábula o leyenda, cuyo nombre original es Der Rattenfänger von Hameln, que se traduciría como El Cazador de Ratas de Hamelín, que cuenta la historia de una misteriosa desgracia acaecida en la ciudad de Hamelín (Hameln en alemán), Alemania, el 26 de junio de 1284.

En 1284 la ciudad de Hamelín estaba infectada de ratas. Un buen día apareció un desconocido que ofreció sus servicios a los habitantes del pueblo. A cambio de una recompensa él les libraría de todas las ratas, a lo que los aldeanos se comprometieron. Entonces el desconocido flautista empezó a tocar su flauta, y todas las ratas salieron de sus cubiles y agujeros y empezaron a caminar hacia donde la música sonaba. Una vez que todas las ratas estuvieron reunidas en torno al flautista, éste empezó a caminar y todas las ratas le siguieron al son de la música. El flautista se dirigió hacia el río Weser y las ratas, que iban tras él, perecieron ahogadas.

Cumplida su misión, el hombre volvió al pueblo a reclamar su recompensa pero los aldeanos se negaron a pagarle. El cazador de ratas, muy enfadado, abandonaría el pueblo para volver poco después, el 26 de junio, en busca de venganza.

Mientras los habitantes del pueblo estaban en la iglesia, el hombre volvió tocar con la flauta su extraña música. Esta vez fueron los niños, ciento treinta niños y niñas, los que le siguieron al compás de la música, y abandonando el pueblo los llevó hasta una cueva. Nunca más se les volvió a ver.

Algunas versiones hablan de que dos niños se quedaron retrasados y no entraron en la cueva. Ellos serían quienes avisaron a los aldeanos de lo que había ocurrido. Uno de los niños era ciego y no podía indicar el lugar donde sus compañeros habían desaparecido. El otro era cojo y tampoco pudo ver nada porque se había quedado demasiado retrasado. Otras versiones hablan solamente del niño cojo.

Versiones más modernas se apartan de las tradicionales y cuentan que el flautista devolvió a los niños a cambio de recibir la recompensa prometida multiplicada varias veces.

El origen de la leyenda del flautista está poco claro. Aunque se acepta con bastante seguridad que la sección de los niños fue añadida como complemento a la original de la expulsión de las ratas a finales del siglo XVI. Una de las interpretaciones más plausibles menciona la expansión hacia el este (Ostsiedlung) de los habitantes de la Baja Alemania entre los siglos XII y XV. Los niños de Hamelín serían los jóvenes de la ciudad que fueron reclutados para tal empresa.

Las primeras menciones de esta historia parecen remontarse a un vitral que existió en la iglesia de Hamelin alrededor del año 1300. Este vitral está descrito en diferentes documentos entre los siglos XVI y XVII y que al parecer fue destruido alrededor del siglo XV.

Inspirado por dichas descripciones, Hans Dobbertin creó en época moderna un vitral, mismo que hoy puede admirarse en la iglesia de Hamelin. Esta obra recrea una imagen de la leyenda en donde vemos al flautista vestido coloridamente, guiando a los niños vestidos de blanco, fuera del pueblo.

Se piensa que el vitral original fue hecho a la memoria de algún evento trágico que acaeció en el pueblo. Sin embargo, a pesar de numerosas investigaciones, no se ha podido encontrar ningún documento histórico que de fe de algún hecho que pueda ligarse con esta leyenda. Las ratas no formaron parte inicialmente de la narración. Las primeras menciones de esta plaga datan de finales del siglo XVI.

Las teorías que se atribuyen cierta credibilidad pueden ser agrupadas en cuatro categorías:

• Los niños fueron víctimas de algún tipo accidente por el cual se ahogaron en el río Weser (que pasa por Hamelin) o fueron enterrados por algún deslizamiento de tierra.

• Algunos niños fueron víctimas de alguna enfermedad que los habitantes consideraron peligrosa y contagiosa, por lo que los niños fueron conducidos fuera del pueblo para proteger a los demás habitantes. Se ha sugerido alguna forma de la peste.

• Los niños (o jóvenes) dejaron el pueblo para tomar parte de alguna peregrinación o una campaña militar, pero nunca regresaron con sus padres. Estas teorías presentan al flautista como un líder o reclutador.

• Los niños, que en este caso serían jóvenes, abandonaron voluntariamente Hamelin para colonizar partes de Europa Oriental. Efectivamente, numerosos poblados fueron fundados en esta época en el este de Europa por colonos de origen alemán. De igual manera, el flautista en este caso sería su jefe. Esta teoría es la más aceptada, ya que es la que cuenta con una documentación más sólida. Hay que considerar que la palabra alemana “Kinder” haría referencia no sólo a los niños, sino de manera más genérica a “los hijos del pueblo”.

Un individuo llamado Decan Lude, originario de Hamelin, reportó cerca de 1384 de poseer un libro coral que contenía un verso que daba un testimonio visual del evento. Lude decía que este verso había sido escrito por su abuela. Este libro se considera perdido desde fines del siglo XVII. El nombre “Decan Lude” puede indicar una posición clerical, es decir, la de diácono (latín: decanus, alemán moderno: Dekan o Dechant) y Lude una forma antigua o dialectal de Ludwig, pero esto no ha sido probado.

Este verso parece haber llegado hasta nuestros días por una inscripción de 1602 ó 1603, que se encuentra en Hamelin:

Anno 1284 am dage Johannis et Pauli
war der 26. junii
Dorch einen piper mit allerlei farve bekledet
gewesen CXXX kinder verledet binnen Hamelen gebo[re]n
to calvarie bi den koppen verloren

lo que puede traducirse al castellano como:

En el año de 1284 en el día de Juan y Pablo
siendo el 26 de junio
por un flautista vestido con muchos colores,
fueron seducidos 130 niños nacidos en Hamelin
y se perdieron en el lugar del calvario, cerca de “koppen“.

Esta parece ser el recuento más antiguo del hecho. Koppen significa en antiguo alemán colinas, y parece referirse a las estribaciones que rodean a la ciudad.

Por otro lado, existe una ley-costumbre largamente establecida en Hamelin, que prohíbe cantar o tocar música en una calle particular de Hamelin, por respeto a las víctimas del legendario evento: la llamada Bungelosenstrasse, adyacente a la “Casa del Flautista”. Durante desfiles públicos con música, incluidas las procesiones matrimoniales, la banda musical deja de tocar al llegar a esta calle y continúa con la música una vez que la ha atravesado.

PAPA DOC

François Duvalier (Puerto Príncipe, Haití, 14 de abril de 1907 - 21 de abril 1971 (64 años), conocido con el sobrenombre de Papa Doc fue un médico y político haitiano, presidente constitucional de su país a partir de 1957 y posteriormente, desde 1964 hasta su muerte en 1971, dictador de Haití, en calidad de presidente vitalicio.

François Duvalier nació en la capital haitiana, Puerto Príncipe, de una familia humilde de agricultores negros originarios de la Martinica. A pesar de ello, consiguió empezar sus estudios de Medicina (lo que justifica su apodo de "Papa Doc") y realizó sus prácticas en el campo. Debido a sus labores médicas en la lucha contra el tifus, paludismo y otras enfermedades tropicales con la gente más desfavorecida alcanzó una gran consideración y notoriedad. En 1939 se casa con Simone Ovide y en 1946 llega a ser director general del Servicio Sanitario Nacional. En 1949 pasó a ser Ministro de Sanidad y de Trabajo. Tras oponerse al golpe de Estado que lleva a cabo Paul Eugène Magloire, se ve obligado a esconderse y a pasar a la clandestinidad hasta que se proclama una amnistía en 1956.

En 1957 las circunstancias cambian, se promulga una nueva constitución y François Duvalier, apoyado por el Ejército, triunfa en las elecciones presidenciales haitianas, para un período de 6 años. Llevó a cabo una campaña electoral de tipo populista, preconizando una estrategia pro negritud, en la que apelaba a la mayoría afrohaitiana y que se oponía a la élite mulata que estaba en el poder. Duvalier renovó la tradición del vudú y posteriormente lo usó para consolidar su poder, afirmando que él mismo era un hougan. Duvalier imitó de modo deliberado la imagen del Barón Samedi en su intento de resultar aún más convincente. Usaba frecuentemente gafas de sol y hablaba con un fuerte tono nasal.

El 22 de diciembre de 1958 en la frontera dominicohaitiana entre Jimaní y Mal Pase, Trujillo y el dictador François Duvalier firmaron un acuerdo de mutua protección. El acuerdo establecía entre otras cosas que ninguno de los dos gobiernos permitiría en sus respectivos territorios actividades subversivas en contra de alguno de ellos, ni que los exiliados políticos realizaran propaganda sistemática incitando al empleo de la violencia en contra de sus estados.

Duvalier trabajó para consolidar su posición política; tras sobrevivir a un atentado contra su vida en el año 1958, depuró el ejército para deshacerse de elementos que le pudieran ser hostiles. Su mandato pasó a ser mucho más brutal y represivo. En 1959, inspirado por los camisas negras del fascismo italiano creó una milicia que se conoció como VSN Voluntarios de la Seguridad Nacional para proteger su poder fuera de la capital. Los miembros de la VSN pasaron a ser conocidos posteriormente como los Tonton Macoute, y se convirtieron de algún modo en el espinazo del país. Dado que estas milicias no recibían remuneración alguna, ellos mismos inventaban sus propios medios de financiación a través del crimen y de la extorsión. Para proteger su propia integridad, Duvalier utilizaba la Guardia Presidencial.

Las presiones internacionales contra François Duvalier se hicieron más fuertes durante la presidencia estadounidense de Kennedy debido a la evidente apropiación de las ayudas internacionales recibidas por Haití. Esta ayuda se suspendió oficialmente en 1962, pero tras la muerte del presidente Kennedy (que Duvalier achacaba a una maldición que él mismo había lanzado) la tensión se aflojó bastante. La administración norteamericana opinó que era necesaria la presencia de un estado claramente anticomunista para contrarrestar la influencia de la vecina Cuba.

A mediados de los años 1960 estaba bastante claro que Duvalier no tenía ninguna intención de dejar el poder. Modificó personalmente la Constitución y en 1961 volvió a resultar elegido en las elecciones por seis años más: el escrutinio oficial señaló 1.320.000 votos a favor de Duvalier y ni uno solo en contra. Se autoproclamó Presidente vitalicio en 1964 con poderes absolutos haciendo votar una nueva Constitución en una Asamblea Nacional compuesta por diputados que él mismo nombraba. Un mes después, en junio de 1964 fue refrendado por el pueblo como Presidente vitalicio con derecho a sucesión.

En 1966, consiguió que el Vaticano le permitiera elegir a los miembros de la jerarquía católica haitiana. Al perpetuar este nacionalismo negro, pudo reforzar también su control de la isla, al controlar las instituciones religiosas.

En esa época se inició también el culto a la personalidad alrededor de la imagen del dictador haitiano como emblema físico de su propia nación. Como ya había sucedido con alguno de sus predecesores, se sospecha que Duvalier trató de convertirse en emperador de Haiti y de trasformar el país en una monarquía. También creó una tasa obligatoria para la población para financiar la construcción de Duvalierville, la ciudad de Duvalier que se diseñó de modo ostentoso. El dinero de este impuesto sólo se utilizó anecdóticamente en la construcción de dicha ciudad, yendo a parar en su mayor parte a las cuentas corrientes de Duvalier.

En su país, Duvalier utilizó tanto el asesinato como la expulsión para eliminar a sus adversarios políticos. Se calcula que fueron más de 30.000 las personas asesinadas. Los ataques llevados a cabo contra Duvalier por algunos militares fueron reprimidos con una especial dureza; en 1967 la explosión de algunas bombas en las cercanías del Palacio Presidencial acarreó la ejecución de veinte oficiales de la Guardia Presidencial. En esta oportunidad, los barcos de la marina bombardearon durante casi todo el día el Palacio Nacional. Eran barcos viejos, tres en total que armados con cañones obsoletos hicieron su mejor esfuerzo por sublevarse y derrocar a Duvalier. En el transcurso de dicho día la única oposición que hubo de parte de las fuerzas leales a Duvalier fue el intento de repeler a los marinos sublevados con el único avión de la Fuerza Aérea, un P-54 reliquia de la Segunda Guerra Mundial. El avión al filo del medio día intentó ametrallar a uno de los barcos fallando todas las ráfagas de ametralladora disparadas. Las trazadoras hicieron impacto únicamente en el mar azul profundo de la bahía. La refriega entre barcos y el P-54 duró unos cuantos segundos. Acto seguido el avión aterrizó y no volvió a despegar más. Es probable que hubiese recibido algún daño. Al filo del atardecer los barcos tomaron rumbo a Cuba llegando a Guantánamo en donde recibieron asilo. En tierra quedaron docenas de marinos que por alguna u otra razón no pudieron abordar. Sus casas fueron saqueadas y luego quemadas. Aquellos que corrieron con mejor suerte lograron refugiarse en las embajadas. La Embajada de Guatemala recibió a la familia de uno de los Capitanes que participó en el ataque. Aquellas familias que no lograron huir en los barcos y que no pudieron obtener asilo en alguna embajada, sin duda corrieron con una suerte terrible. Su reinado del terror mantuvo el país bajo su control directo hasta el momento de su muerte en 1971.

Fue glorificado por sus seguidores casi como un dios y a su muerte, según su voluntad, y la Constitución que él mismo había diseñado, le sucedió su hijo, Jean-Claude Duvalier, Baby Doc, que pasó a ser Presidente vitalicio cuando sólo contaba 19 años de edad. A la muerte de François Duvalier, Haití era el país más pobre de América, ocupaba el primer puesto en analfabetismo y la salud pública estaba en un estado desastroso.

Al ser derrocado su hijo quince años más tarde, en 1986, el cuerpo de François Duvalier fue desenterrado y apaleado ritualmente.

miércoles, 6 de enero de 2010

WEIRD TALES

Weird Tales es el nombre de una revista norteamericana de ciencia-ficción, fantasía y terror, encuadrable dentro de las llamadas revistas pulp. Su primer número data del mes de marzo de 1923. Fue lanzada en Chicago por J.C. Henneberger, un ex periodista gran degustador del género macabro.

Edwin Baird fue el primer editor de la revista. Su asistente se llamaba Farnsworth Wright. Éste sustituyó a Baird después de 14 números. Wright otorgó a Weird Tales una identidad definida, y fue quien primero se decidió a publicar los trabajos de su más célebre colaborador, H. P. Lovecraft, al mismo tiempo que del muy popular en la época Seabury Quinn. Otro famoso colaborador de Weird Tales fue Robert E. Howard, creador de Conan el Bárbaro.

Wright ofreció una oportunidad a jóvenes autores como Robert Bloch y Clark Ashton Smith, que luego triunfarían en el género. Siguió editando la revista hasta marzo de 1940, muriendo en junio de dicho año.

Weird Tales, como la también mítica revista Black Mask, atravesó por graves problemas económicos al sufrir la competencia creciente del cómic, la radio y las novelas baratas. Tras la muerte de Lovecraft y el retiro de Wright, Weird Tales cambió de orientación, pero su vida fue declinando hasta su cierre definitivo en septiembre de 1954, dejando atrás 279 números.

La editora que tomó el relevo de Wright, Dorothy McIlwraith, se distinguió por abrir cauces a nuevos escritores tan importantes como Manly Wade Wellman, Fritz Leiber, Henry Kuttner, C. L. Moore, Theodore Sturgeon, Joseph Payne Brennan y Margaret St. Clair, algunos de ellos continuadores de la obra de Lovecraft, incluyendo a su albacea August Derleth.

Weird Tales resucitó en 1988 de la mano de George H. Scithers, John Gregory Betancourt y Darrell Schweitzer, reanudando las tiradas con el número 280. A partir de entonces, como otras publicaciones parecidas, ha tenido un éxito comercial relativo, aunque ha dado a conocer a nuevos valores de la narrativa macabra como Tanith Lee, Brian Lumley y Thomas Ligotti.

En el año 2005 Weird Tales fue vendida a la editora Wildside Press, adoptando una periodicidad bimensual.

RID OF ME



Átate... a mí
Nadie más, no
No te vas a librar de mí
No... no te vas a librar de mí

Noche y día
respiro... ha, ha, he, hey:
no te vas a librar de mí
No, no te vas a librar de mí-- x3

Te lo suplico
mi amor,
no me dejes
porque estoy sufriendo.

Lame mis piernas, estoy ardiendo
Lame mis labios, soy deseo

No te vas a librar de mí
No, no te vas a librar de mí

Te ataré las piernas
te mantendré contra mi pecho
oh, no te vas a librar de mí
sí, no te vas a librar de mí
Te haré lamer mis heridas
Te voy a retorcer la cabeza, ¿ves?
Hasta que digas:

¡¡¡que desearías nunca,
nunca haberla conocido!!! ( x4 )

Te lo suplico
mi amor,
no me dejes
porque estoy sufriendo.
Enormemente sola
sobre cada cosa
sobre cada día
Estoy sufriendo

Lame mis piernas y estoy ardiendo
Lame mis labios y soy deseo ( x2 )

No te vas a librar de mí
No, no te vas a librar de mí
Te haré lamer mis heridas
Te voy a retorcer la cabeza, ¿ves?
Hasta que digas:

¡¡¡que desearías nunca,
nunca haberla conocido!!! ( x8 )

¡¡¡Lame mis piernas y estoy ardiendo
Lame mis labios y soy deseo!!! ( x2 )