viernes, 8 de abril de 2011

LA MALDICIÓN DE BELA GUTTMAN


Bela Guttman fue un exitoso entrenador nacido en el este europeo. Ganador de dos Copas de Campeones Europa con el Benfica, el día que no le renovaron contrato lanzó un aviso que pasó desapercibido… y lo mal que hicieron.

Campeón en lugares tan disímiles como Holanda, Hungría, Italia, Brasil y Portugal, sin dudas Bela Guttman se encuentra en el grupo de los mejores entrenadores del siglo pasado

“Sin mí, el Benfica no volverá a ganar una copa europea en los próximos cien años”, proclamó quien había nacido en Budapest en el año 1900. Corría el verano europeo del ´62 y la dirigencia del club más ganador de Portugal decidía no renovarle contrato al entrenador con el que habían saboreado la gloria a nivel continental, a punto tal de ser los vigentes bicampeones de la actual UEFA Champions League.

Como jugador, Guttman había sido un verdadero trotamundos, destacándose como mediocampista en ligas tan disímiles como la austríaca o la estadounidense. Pero habiéndose retirado con 32 años, pronto se dio cuenta que lo suyo era la dirección técnica, trabajo en el que alcanzaría gran consideración.

Arrancó en el Hakoah Viena austríaco (su condición de judío hizo que de muy joven viviera en aquel país), para pasar luego al Enschede holandés (actual Twente), club con el ganó su primera liga desde el banco. Marchó pronto al Ujpest de Hungría, entidad con la que ganó el certamen 1938/39. Luego del paréntesis impuesto por la Segunda Guerra Mundial, Bela partió a otro club húngaro, el Honved; allí mandaba el padre de Ferenc Puskas y su hijo era la gran estrella del conjunto. Precisamente con uno de los mejores delanteros de la historia tuvo un cruce a fines de la década del ´40, que marcaría un quiebre en su carrera y sería la primera demostración de que no tenía una personalidad cualquiera: una vez quiso sacar a un defensor, pero el astro se negó a que el cambio se hiciera. Ante ello Guttman no reaccionó, pero en ese instante comprendió que ya sus jugadores no lo respetaban como él quería. ¿Qué hizo? No dio una sola indicación más, se sentó muy tranquilo a leer una revista y al llegar al vestuario, presentó su renuncia al cargo.

Llegó el momento de hacer las maletas e ir al competitivo fútbol italiano, donde tras entrenar a los modestos Padova y Triestina le encomendaron la dirección técnica nada menos que del Milan, allá por 1953. Dando muestra de su ojo clínico, de Trieste al “Rossonero” se fue acompañado de un ignoto defensor: era Cesare Maldini, jugador que siendo capitán una década más tarde levantaría la primera Copa de Europa del club norteño.


Con un plantel integrado, entre otros, por el uruguayo Juan Schiaffino y los suecos Gunnar Gren, Gunnar Nordahl y Nils Liedholm (la famosa “Gre-No-Li”, que llevó a Suecia al oro en Londres ´48), Guttman alcanzó la gloria también en la península, al ganar el scudetto 1954/55. Pero pronto se fue por la puerta de atrás, y después de una breve etapa en el Vicenza volvió a su país natal por un par de años, para entrenar al MTK y al Honved.

Fue en una gira que este último club realizó por Brasil, que le surgió una propuesta laboral a la que no hizo asco (?) y se quedó a dirigir allí, para salir campeón paulista con el San Pablo en 1957, con jugadores como Dino Sani y Mauro Ramos, -que al año siguiente ganarían el mundial sueco con el “Scratch”- además de Zizinho, quien a pesar de haber vivido la frustración de 1950 es considerado uno de los mejores jugadores de la historia brasileña.

Hombre inquieto, un nuevo país recibiría al gran estratega a fines de esa década y fue Portugal, donde con el Porto ganó la liga de 1958/59. Pero Bela se fue al Benfica, club con el que su nombre se relaciona inmediatamente… por todo lo que ganó y además, por haber hecho debutar en la primera del club a un pibito nacido en Mozambique y que se transformaría en uno de los mejores delanteros de toda la historia.

Porque cabe destacar que además de sapiencia, Guttman tenía algo de suerte. Cuenta la leyenda que poco antes de firmar con su nuevo equipo en Portugal, el tipo pasó por la peluquería y allí coincidió con su amigo José Bauer, en ese entonces DT del SPFC (el Sporting de Lisboa). Mientras conversaban surgió el nombre de un joven africano (pero de una colonia lusa) que tenía cautivado a JB. El húngaro decidió mandar un ojeador y así fue que el desconocido Eusebio llegó a Lisboa a fines del ´60 para calzarse la camiseta roja. Con la “Pantera negra”, el veterano entrenador había encontrado lo que le faltaba para hacer del Benfica un club de primera línea a nivel europeo.

En su primer campeonato con el nuevo equipo, Guttman demostró que lo de exitoso no era mito y ese trofeo local de la 1959/60 le permitió al equipo de la capital jugar la Copa de Campeones de Europa en su edición 1960/61. Sorprendiendo a propios y extraños, “Las Águilas” llegaron a la final y en Berna se impusieron 3 a 2 ante un Barcelona que era favorito (con los húngaros Kubala, Kocsis y Czibor como grandes referentes) pero que debería esperar tres décadas para ganar su primera “orejona”. Ya nadie podía pensar en casualidades cuando en la temporada 1961/62 desbancaron al mismísimo Real Madrid, team que entre 1956 y 1960 había ganado cinco veces en forma consecutiva el certamen. Pero nada pudieron hacer su “enemigo” Puskas, Di Stéfano, Gento y Cía. en esa noche de Amsterdam, ya que pese a estar dos goles arriba en el marcador los “Merengues” cayeron 5-3 y vieron como los lisboetas mantenían su corona. En esta final sí jugó Eusebio -es más, hizo dos goles-, ya que en la del año anterior por un tema contractual no había podido participar.

Daba toda la sensación de que el Benfica sustituiría a los de la capital española como EL equipo europeo de la década. Parecía un conjunto imbatible, con poderío ofensivo notable y un sistema de juego que explotaba a la perfección las virtudes de su gran figura, pero ocurriría algo lejos del verde césped que iba a ser clave en esta historia…

Más allá de perder ambas finales de la naciente Copa Intercontinental (en el ´61 ante Peñarol y en el ´62 ante el Santos de Pelé), Guttman ya era un semi Dios para los hinchas del “Glorioso”. Sin embargo, el tipo estaba convencido de que el tercer año es siempre el más difícil para un técnico y allí fue cuando pidió el aumento que la dirigencia consideró excesivo. Entonces, el húngaro lanzó una maldición que fue tomada con mucha tranquilidad, pero que a casi cinco décadas de haber sido proferida se mantiene vigente.

La primera oportunidad de ver cuan cierta era la amenaza del ex-entrenador (reemplazado por el chileno Fernando Riera) se dio muy pronto, ya que en la 1962/63 el Benfica llegó a la final de la actual UCL y tenía la oportunidad de lograr el tricampeonato, lástima que no pudo ser. El Milan de Gianni Rivera, Cesare Maldini, Giovanni Trapattoni y José Altafini fue superior al elenco portugués y le sacó el trono europeo, tras ganar 2 a 1 con dos goles del brasileño en el mítico Wembley.

Luego de una rápida (y muy sorpresiva) eliminación a manos del Borussia Dortmund en la siguiente edición, la de 1964/65 volvió a tener a los lusos como grandes protagonistas, llegando a la instancia decisiva para enfrentar al vigente campeón: Inter. En partido jugado en el San Siro bajo una intensa lluvia -favorable a los planes italianos-, un solitario gol de Jair (grosero error de Costa Pereira mediante) le alcanzó al equipo del polémico Helenio Herrera para ser bicampeón, al tiempo que el Benfica del holandés Elek Schwartz perdía su segunda final en tres años. A esta altura, más de uno seguramente recordaba la profecía de Guttman.


La campaña de 1967/68 marcó el cierre de un ciclo dorado para el club más famoso de Portugal. En el año en que Eusebio se quedó con el primer “Balón de Oro” de la historia, un grupo cargado de batallas y con poco más para dar logró alcanzar su quinta final de la década a nivel continental, pero el Manchester United se desvirgó y goleó por 4 a 1 en el suplementario (los 90´ habían terminado en un gol por bando) al conjunto dirigido por el brasileño Otto Gloria; nuevamente era Wembley el cementerio para las ilusiones de las “Águilas”.

Durante la década del ´70 el Benfica no alcanzó final alguna a nivel europeo, pero en la temporada 1982/83 (una década y media después de su última final) volvió a los primeros planos, tras alcanzar la definición de la Copa UEFA frente al Anderletch belga. Sin embargo, el conjunto que dirigía un desconocido Sven Goran Eriksson (ganador el año anterior del certamen con el modesto Goteborg sueco) penó en el ida y vuelta, sumando una nueva perla en la maldición proferida por un Guttman que había fallecido un par de años antes pero que seguramente se reía desde el más allá.

Dos ocasiones tuvo Sven Goran Eriksson para cortar la malaria, pero ni en la UEFA ´83 ni en la Copa de Campeones del ´90 pudo abrazarse a la gloria…

La temporada en que se cumplían 20 años sin Benfica en la final de la Copa de Europa vio quebrar esa racha, para llegar al cotejo decisivo ante el PSV Eindhoven. Para colmo, en la edición anterior el Porto se había consagrado por primera vez, motivo por el cual los de camiseta roja estaban un poquito presionados. A pesar de que casi todo el mundillo futbolero estaba a su favor (los holandeses de Guus Hiddink habían llegado a la final sin ganar ningún partidoen las series de cuartos y semis que pasaron por goles en campo contrario), la ciudad de Stuttgart fue sede de una nueva frustración lusitana. Y para que la cosa sea más dolorosa para los dirigidos por Toni Oliveira, fue por penaltis: al cabo de 120 minutos que terminaron con el marcador en blanco, la tanda de remates desde los once metros terminó 6 a 5 para el equipo que al poco tiempo acogería a un joven Romario, luego de que Hans van Breukelen detuviera el remate del zaguero Veloso.


Hubo una última final europea en esta historia, al menos hasta hoy. En la quinta ocasión para llevarse la actual UCL (hay que sumar la UEFA del ´83), el destino daba un guiño al Benfica -que otra vez tenía a Eriksson en su banco-, si ese guiño era cómplice o macabro se sabría el 23 de mayo del ´90. Es que por la final de la temporada 1989/90, el vigente campeón Milan buscaba el bi ante nuestros héroes (?) y la sede era nada menos que Viena. Por ende, la dirigencia lusa quiso aprovechar la situación y mandó una delegación que llevó flores a la tumba de Bela Guttman, que fue encabezada nada menos que pr Eusebio. Pero el “Rossonero” de Arrigo Sacchi y sus holandeses era tal vez el mejor equipo del mundo en ese momento y lo demostró ganando un nuevo título, gracias al 1-0 logrado por un gol de Frank Rijkaard cuando promediaba el complemento.

jueves, 7 de abril de 2011

MAPA DE CLANES ESCOCESES

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SEALAND


Actualmente dicho país se encuentra a la venta por parte de la inmobiliaria española Inmonaranja, debido a la avanzada edad y estado de salud de su propietario y rey, Paddy Roy Bates.

En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, el Reino Unido construyó el HM Fort Roughs como parte de las Fortalezas Marinas Maunsell. El fuerte está compuesto por una plataforma flotante equipada con una superestructura de dos torres unidas por una cubierta sobre la cual podían agregarse otras estructuras.

La plataforma fue remolcada hasta Rough Sands, un banco de arena ubicado aproximadamente a diez kilómetros de la costa de Suffolk y trece kilómetros de la costa de Essex, Inglaterra, donde se inundó intencionalmente el casco de la embarcación para fijar su posición sobre el fondo del banco de arena. La estructura que es visible actualmente corresponde a la superestructura del buque. La ubicación elegida se encontraba en aguas internacionales, más allá de los cinco kilómetros de aguas territoriales reclamadas por el Reino Unido en esa época.

La instalación (conocida como Roughs Tower) fue ocupada por entre 150 y 300 personas de la Marina Real durante la Segunda Guerra Mundial y no fue hasta 1956 cuando el último personal fue evacuado y la torre abandonada.

El 2 de septiembre de 1967 el fuerte fue ocupado por Paddy Roy Bates, un ciudadano británico presentador de radio pirata, quien expulsó a un grupo rival de radiopiratas y reclamó soberanía con base en su interpretación personal del derecho internacional.

En 1968 el hijo de Roy, Michael Bates, fue llevado a juicio como resultado de un incidente durante el cual se abrió fuego contra un buque de la Armada Británica en las inmediaciones de Sealand. De acuerdo con algunos informes, los tripulantes del buque intentaban desalojar a los Bates del fuerte, mientras otros argumentan que sólo estaban realizando trabajos de reparación en una boya de navegación cercana. El 25 de noviembre de 1968 la corte, con sede en Chelmsford, Essex, declaró que debido a que el incidente ocurrió fuera de las aguas territoriales británicas, la corte no tenía jurisdicción sobre el caso. Bates ha citado este caso como evidencia de soberanía de facto.

En 1978, mientras Bates se encontraba fuera, el "primer ministro" de Sealand, Alexander G. Achenbach, junto con varios ciudadanos alemanes y holandeses, tomaron por la fuerza la torre manteniendo a Michael Bates cautivo, para liberarlo varios días después en los Países Bajos.

Bates preparó asistencia armada y usando un helicóptero de asalto retomó la fortaleza. Mantuvo a los invasores cautivos y los declaró prisioneros de guerra. La mayoría de los participantes en la invasión fueron repatriados al cese de la "guerra", pero Gernot Pütz, un abogado alemán poseedor de un pasaporte de Sealand, fue acusado de traición contra Sealand y sería mantenido cautivo a menos que pagara 75.000 DM. Los gobiernos de los Países Bajos y de Alemania solicitaron al Gobierno británico su liberación, sin embargo éste se deslindó de toda responsabilidad citando la decisión de la corte de 1968. Alemania entonces envió un diplomático de su embajada en Londres a Roughs Tower para negociar la liberación de Pütz. Después de varias semanas Roy Bates cedió y subsecuentemente afirmó que la visita del diplomático constituía reconocimiento de facto de Alemania a Sealand (Alemania no ha confirmado esta interpretación).

Después de su repatriación, Achenbach estableció en Alemania un "Gobierno en el exilio" en oposición a Roy Bates, asumiendo el título de "Chairman of the Privy Council". A su renuncia por motivos de salud en agosto de 1989, el "ministro para la cooperación económica" del Gobierno rebelde, Johanes Seiger, asumió el control bajo el título de primer ministro y "Chairman of the Privy Council". Seiger continúa afirmando ser la autoridad legítima de Sealand.

Sealand reclama como su territorio las aguas alrededor de la torre en una extensión de 12 millas náuticas y ha afirmado haber defendido físicamente su reclamo al menos en una ocasión. En un incidente en 1990 en el que se le disparó desde Sealand al Golden Eye, un buque auxiliar de la Marina Real.

Durante una época un grupo español presuntamente asociado al Gobierno en el exilio de Seiger, manufacturó y vendió pasaportes de Sealand, los cuales lograron una amplia difusión (sobre todo en Europa del Este). Estos pasaportes, que no fueron autorizados por la familia Bates, se vieron involucrados en varios crímenes de nivel, incluyendo el asesinato de Gianni Versace. Debido a la gran cantidad de pasaportes ilegales en circulación (estimada en 150.000), en 1997 la familia Bates revocó todos los pasaportes de Sealand, incluyendo los que ellos mismos habían emitido en los últimos 30 años.

En 1968 el Reino Unido incorporó la zona de Roughs Sands a las aguas territoriales británicas. Entre 1990-1991 el Reino Unido presentó ante una Corte Administrativa de los Estados Unidos evidencia de que ningún "Principado de Sealand" independiente hubiese existido jamás. Este caso nunca fue apelado por la familia Bates.

Se cree que todos los miembros de la "familia real" conservan su nacionalidad británica. Desde 1999 ninguno de ellos ha establecido su residencia permanente en Roughs Tower, que está ocupada actualmente por uno o más encargados en representación de Michael Bates, el cual -a su vez- vive en Leigh on Sea, Inglaterra. Como Sealand no es un país reconocido, la familia Bates viaja internacionalmente con el pasaporte que les acredita como ciudadanos británicos.


En junio de 2006 se produce un incendio debido a la explosión de un generador de electricidad. Los daños son serios pero la estructura permaneció segura. Durante unas semanas después del incendio se prohibió la entrada de naves extranjeras en un diámetro de una milla náutica al principado, así como el aterrizaje de helicópteros. Sealand, a pesar de su escasa extensión de 550 m², dispone de su atleta oficial, un equipo nacional de fútbol aficionado y equipo de minigolf.

La proclamación de Sealand como territorio independiente se basa en estos dos argumentos:
Cuando Paddy Roy Bates y sus asociados ocuparon Roughs Tower en 1967, ésta se encontraba en aguas internacionales, fuera de la jurisdicción del Reino Unido o cualquier otro estado soberano. Basándose en ello Sealand declara legitimidad de jure.

La interacción entre el Gobierno británico y Sealand constituye reconocimiento de facto. Con esa base, Sealand alega legitimidad de facto.

En derecho internacional, las dos escuelas de pensamiento de lo que constituye un estado están representadas por las teorías constitutiva y declaratoria de la creación del Estado. La teoría constitutiva era el modelo estándar usado en el siglo diecinueve, en tanto que la teoría declaratoria fue desarrollada en el siglo veinte para compensar algunas omisiones de la constitutiva. En la teoría constitutiva un Estado existe exclusivamente por el reconocimiento de otros Estados. La teoría no aclara si por esto se entiende "reconocimiento diplomático" o simplemente "reconocimiento de su existencia". Aun cuando ningún Estado ha otorgado a Sealand reconocimiento diplomático, Bates insiste en que las negociaciones efectuadas por Alemania constituyen "reconocimiento de existencia". En la teoría declaratoria, toda entidad se convierte en Estado tan pronto como reúne todos los requerimentos para ser considerada como tal. El reconocimiento de otros Estados es meramente "declaratorio".

Bajo el Derecho internacional, los criterios para lo que constituye un Estado son definidos por la Convención de Montevideo. Ésta afirma que un territorio definido, una población permanente, un Gobierno, y la capacidad de relacionarse con otros Estados soberanos, son los únicos requisitos para fundar un Estado soberano. Ninguno de estos requisitos tiene que ceñirse a ningún estándar o tamaño definido, pero sus características generales debieran ser tomadas en cuenta.

Criterios similares pueden ser hallados en las Opiniones del Comité de Arbitraje Badinter de la Unión Europea. El comité concluyó que un Estado era definido por tener un territorio, una población, y una autoridad política. El comité también llegó a la conclusión de que la existencia y desaparición de Estados es una cuestión de hechos, en tanto que el reconocimiento de otros Estados es meramente declaratorio.

Después de la decisión de la corte británica en 1968, el Reino Unido extendió sus aguas territoriales a doce millas náuticas (22 km), acción a la que tenía derecho bajo normas internacionales desde 1958 (aunque la ley necesaria no fue aprobada hasta 1987). Ésa y otras leyes posteriores tienen que ver con la construcción y estatus legal de las islas artificiales. Sin embargo, dado que Roughs Tower es en realidad una embarcación hundida, algunos señalan que no puede ser regida por dichas leyes.


De acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas para el Derecho del Mar, de 1982, no existe ninguna ley transitoria y ninguna posibilidad de aceptar la existencia de una construcción previamente aprobada o construida por un estado vecino. Esto puede significar que ya no es posible construir islas artificiales y después declarar su soberanía con fines de extender una zona económica exclusiva o reclamar aguas territoriales. Pero, siendo Roughs Tower una embarcación hundida y no una isla artificial, sería necesario que el Departamento de la Corona de Su Majestad (quienes son los legítimos propietarios del suelo debajo de la torre), actuara como propietario quejoso para retirar el hundimiento de su propiedad. Si Sealand es una embarcación hundida y no una isla artificial, no puede entonces hacer ninguna reclamación de soberanía, pues una embarcación no puede considerarse como territorio "permanente", uno de los requisitos para establecer un Estado.

Aun cuando el Gobierno británico ha declarado públicamente su autoridad sobre Roughs Tower, parece ser política gubernamental evitar cualquier acción o comentario a menos que se vean forzados. Los documentos del Gobierno británico, ahora disponibles al público tras expirar sus treinta años de confidencialidad, muestran que hubo planes para retomar la torre por la fuerza, pero no fueron aprobados por el primer ministro en funciones debido al potencial de pérdida de vidas y la creación de un desastre legal y de relaciones públicas.

En 1990-1991, el Gobierno británico presentó evidencias ante una Corte administrativa de los EE. UU. de que no existe y jamás ha existido ningún Estado independiente con el nombre de Sealand. El 6 de diciembre de 2005, el diario británico The Times publicó una nota afirmando que el Gobierno y las Cortes británicas finalmente habían admitido que Sealand "está fuera del territorio nacional británico [...] y no forma parte del Reino Unido", aunque el diario no dio más detalles y no ha habido confirmación de otras fuentes.

Sealand ha declarado como su moneda circulante el "Dólar de Sealand", y ha establecido como valor teórico la paridad con el dólar estadounidense, pero como no es un Estado reconocido no tiene otro valor real que el que pueda generar el coleccionismo o la curiosidad, porque no sirve para hacer intercambio comercial alguno. Varias docenas de monedas se han acuñado desde 1972 en varias unidades de la moneda. Dada la limitada población de Sealand, la inaccesibilidad física a su territorio, y la falta de una economía real, es poco probable que estas monedas hayan sido acuñadas para su uso de manera corriente. La mayoría fueron acuñadas en metales preciosos, lo que despertó el interés de algunos inversionistas y coleccionistas de monedas. A principios de los años 90, el grupo alemán de Achenbach también produjo una moneda, en la cual aparecía la imagen del primer ministro Seiger.

Sealand no está reconocida por la Unión Postal Internacional, por lo que no emite sellos propios válidos internacionalmente.

Inmonaranja, la inmobiliaria encargada de traspasar Sealand, aprovechó que Correos de España ofrecía la posibilidad a empresas y particulares de personalizar sus sellos, para encargar una tirada de sellos conmemorativos de la puesta en marcha de la operación de transferencia del Principado de Sealand por parte de dicha inmobiliaria española. La tirada de estos sellos ha sido, a pesar de que fue encargada con motivos propagandísticos, reducida. Sólo una pequeña cantidad fue puesta en circulación y éstos son a todos los efectos -ya que se trata de sellos emitidos por España-, reconocidos universalmente y válidos para uso postal internacional.

miércoles, 6 de abril de 2011

QUIEN ANDA AHÍ...


Otro acierto de la Editorial Valdemar.

Los fantasmas, los espectros o aparecidos, los muertos que no encuentran la paz en sus tumbas y regresan al mundo de los vivos, han poblado desde siempre nuestras peores pesadillas. Pero es sin duda a partir del Romanticismo y su fascinación por todo lo sobrenatural cuando se establece la visión moderna del fantasma. La presente antología recopila los mejores relatos de fantasmas publicados por Valdemar a lo largo de más de veinte años, y ha tenido en cuenta la evolución histórica del relato moderno de fantasmas, así como sus distintas corrientes, por lo que reune relatos de Nodier, Le Fanu o Margaret Oliphant, con una perspectiva más tradicional y folclórica del mundo espectral, junto a contribuciones más personales de autores consagrados como Stoker, Maupassant o Conan Doyle, sin olvidar las historias de «especialistas» más recientes como M.R. James o E.F. Benson, que tratan de alejarse de los escenarios clásicos de ruinas y pasadizos trayendo el horror a la paz de la vida cotidiana. El cuento de fantasmas es, en palabras del escritor inglés L.P. Hartley, la forma más exigente del arte literario, pues para cumplir su función debe alcanzar lo que la escritora Edith Wharton denominó «la cualidad termométrica», es decir, lograr «que nos corra un escalofrío por el espinazo».

ÍNDICE:


- Daniel Defoe, 'La aparición de Mrs. Veal'
- Charles Nodier, 'La monja sangrienta'
- Washington Irving, 'La aventura del estudiante alemán'
- Joseph Sheridan Le Fanu, 'Historias de fantasmas de Chapelizod'
- Wilkie Collins, 'La señora Zant y el fantasma'
- Claude Vignon, 'La losa'
- Margaret Oliphant, 'La puerta abierta'
- Ambrose Bierce, 'La muerte de Halpin Frayser'
- Bram Stoker, 'El secreto del oro creciente'
- Guy de Maupassant, 'Aparición'
- Arthur Conan Doyle, 'La mano parda'
- M.R. James, 'Corazones perdidos'
- Ralph Adam Cram, 'Vigilia en Kropfsberg'
- Arthur Quiller-Couch, 'El pase de lista del arrecife'
- E.F. Benson, 'La viña de Nabot'
- Henry S. Whitehead, 'La chimenea'
- Hugh Walpole, 'La nieve'
- H.P. Lovecraft, 'En la cripta'
- Robert E. Howard, 'Aparición en el cuadrilátero'
- Robert Bloch, 'La casa hambrienta'