lunes, 26 de septiembre de 2011

¿QUIEN FUE B.TRAVEN?

Por Barry Gifford


¿Importa de veras quién fue B. Traven? ¿Fue alguna vez un cerrajero polaco llamado Feige? ¿Un actor convertido en periodista radical en Múnich, llamado Ret Marut? ¿Un emigrante alemán o tal vez noruego llamado Traven Torvsan? ¿Un estadounidense llegado de Europa que alguna vez trabajara como marinero y desembarcara en Tampico en 1942 para nunca volver a navegar? ¿O era Hal Croves, que en 1947 se presentó a John Huston como agente del autor de El tesoro de la Sierra Madre, en el Hotel Reforma de la ciudad de México? ¿Era el hijo ilegítimo de un industrial alemán judío llamado Emil Rathenau y de una actriz de nombre Josephine von Stenwarldt? ¿O el hijo ilegítimo del káiser Guillermo y de una actriz llamada Helen Mareck o Helen Maret? ¿Por qué Ret Marut —antisemita pero exaltado defensor del anarquista judío Gustav Landauer en Baviera en 1919—, que muchos piensan que se transformó en B. Traven, fue un narrador y humanista que se aisló en México tras escapar a una sentencia de muerte por haber sido declarado enemigo del Estado en Múnich; había tratado de huir a Estados Unidos o Canadá, se había ocultado en Berlín durante cuatro años, haciendo y vendiendo muñecas de trapo en la calle con su amante Irene Mermet (que después se casó con un abogado y profesor de Harvard y vivió en Nueva York), y estuvo preso durante tres meses en la cárcel de Brixton, en Londres, por no haberse registrado como extranjero y hacerse llamar Hermann Feige, tenía una caligrafía por completo diferente de la escritura de quien se proclamó autor de alrededor de una docena de novelas, además de algunos cuentos y un memorable trabajo documental?

El hombre llamado B. Traven declaró una y otra vez que lo único que importa de veras es la obra, no el autor, conclusión con la que tiendo a estar de acuerdo. Como señala el estudioso de Traven, Michael Baumann, en realidad no se sabe nada sobre Shakespeare ni sobre Homero, pero la obra de ambos es objeto de reverencia y estudio infinitos. No, no importa quién fuera B. Traven. Lo que importa —me importa a mí, por lo menos— es por qué.
Como muchas personas, el primer contacto que tuve con la obra de Traven fue a través de la película El tesoro de la Sierra Madre, dirigida por John Huston, protagonizada por Humphrey Bogart, realizada en 1948. Nunca olvidé al chico, representado por Bobby Blake, que le vendía un billete de lotería a Fred C. Dobbs, el personaje representado por Bogart, en una cantina de Tampico. Casi medio siglo después, Blake representó a otro personaje inolvidable llamado "El Hombre del Misterio" en una película que escribí en colaboración con el director de la cinta, David Lynch: Lost Highway. En 1958 poco podía saber, a mis once años de edad, al ver a Bogart echarle whisky o tequila en la cara al niño que trataba de avisarle que acababa de ganarse la lotería, que el verdadero "hombre del misterio", invento de la imaginación de un genio loco como el Dr. Mabuse, era el creador de los personajes.

Unos años después de haber visto esa película comencé a leer los libros de Traven. Primero leí el Tesoro, claro está, y luego El barco de la muerte, Los pizcadores de algodón, El puente en la selva, Marcha a la montería, Gobierno, y el resto de la serie de narraciones sobre la selva. Leí sus cuentos del libro El visitante nocturno, así como una pequeña gema de bolsillo que encontré en un cesto de libros usados en Chicago, por el cual pagué cinco centavos, titulado Stories by the Man Nobody Knows (Cuentos de B. Traven). Éste fue el libro que me hizo preguntarme por qué... No me importaba tanto quién fuera B. Traven, sólo quería saber por qué no quería que lo supiera la gente.

El poeta simbolista francés Arthur Rimbaud dejó de escribir poesía a los diecinueve años, después de que su amante, un hombre casado, el poeta Paul Verlaine, le disparara en una muñeca en un hotel de Bruselas. Rimbaud se incorporó a la marina neerlandesa, de la cual desertó enseguida. Durante su vida posterior, relativamente breve —murió a los 37 años—, obsesionaba a Rimbaud que lo persiguieran las autoridades neerlandesas, decididas a prenderlo y meterlo en la cárcel. Quizá por eso huyó de Europa y de la vida literaria, y se estableció como comerciante de armas y traficante de esclavos para el rey Meneluk, de Abisinia, la tierra de los hombres "con cola" y la cara a rayas. Rimbaud se fue al sur unos cuatro años antes de que también se fuera el hombre llamado Traven. La diferencia es que Arthur dejó de publicar en ese momento, mientras que Traven comenzó entonces. Si Traven realmente era Ret Marut, fugitivo de Alemania, quizás tuviera el mismo temor, el de ser tomado preso y quedar en manos de las autoridades del Viejo Mundo. ¿Qué mejor solución que cambiar de nombre, de geografía, incluso de letra? (A mis ojos no especializados, las muestras que de su caligrafía proporcionó Traven a sus biógrafos Karl Guthke y Baumann inicialmente parecen masculinas —Marut— y después femeninas —Traven—. Las cartas de este último posiblemente fueran escritas por Irene Mermet, que visitó a Marut-Traven en México durante los primeros años que éste pasó allí. A principios del decenio de 1930, las cartas de Traven estaban escritas por completo en máquina y a veces apenas firmadas con una pequeña rúbrica, ilegible.)

La pregunta insistente sobre B. Traven es quién escribió realmente esos libros. ¿Será que Marut —cuyo apelativo sin duda era un nome de plume de guerre— hizo amistad al llegar al estado mexicano de Tamaulipas con alguna persona que ya los había escrito o estaba escribiéndolos? No lo creo. Creo que El barco de la muerte (publicado en Alemania en 1926), igual que todos los demás libros de Traven, son obra del renegado en alemán y fueron mal traducidos al inglés por él mismo con la finalidad de hacer pensar al público que los había redactado un estadounidense. Bernard Smith, editor de la casa Alfred A. Knopf, que publicó El barco de la muerte, reconoció haber sometido esta novela a una profunda revisión para hacer aceptable su inglés. Marut-Feige-Rathenau-Wilhem, o quien fuera, a continuación procedió a sacar narraciones de su nueva tierra, que resultaron en la serie de libros sobre los jornaleros del campo y su explotación por los terratenientes productores de algodón, en los campos petroleros y la selva. Los pizcadores de algodón se llamaba originalmente Der Wobbly, en honor a la organización International Workers of the World, de breve duración, que dio origen al sobrenombre de wobblies, y el tema era del todo congruente con Marut. El hecho de que este escritor sazonara El barco de la muerte con detalles e insinuaciones antisemitas y después, en 1933, en cartas a su editor hiciera referencia a los "sucios judíos", "ajudiados y semitizados por delante y por detrás", "codiciosos, viscosos, apestosos [para salvar tu] almacén semita de departamentos", etc., no me sorprende. Incluso un llamado anarquista radical como Marut, y no obstante su apoyo a Landauer, tenía, como alemán, profundamente cincelado el antisemitismo. No me parece que sea una incongruencia: creo que se trata de una enfermedad cultural, una enfermedad que predominaba tanto ayer como hoy. En su obra, B. Traven, por lo menos hasta 1940, cuando dejó de publicar, defendió los derechos de los fellahin, la clase baja, los "pobrecitos", a la vez que les daba una imagen noble, con lo que se convirtió en una especie de forjador moderno de mitos, en congruencia con su celoso y egoísta idealismo intelectual. ¿Qué importa? Sabía narrar y eso es lo que cuenta. Por eso sus libros fueron best sellers en todo el mundo, pese al estilo desmañado, de sintaxis confusa, sin acabar, mal traducidos o mal escritos. B. Traven, quienquiera que fuera, como Joseph Conrad, que escribió en su cuarta lengua, creando así un estilo irrepetible, tenía algo importante que decir. No hurgaba llagas sin trascendencia, como hace la mayoría de los modernos escritores de hoy. Ésta es una razón por la cual sus libros vivirán mientras haya lectores.

En abril de 2004 me invitaron a comer una de las hijastras de Traven, Malú Montes de Oca de Heyman, y su esposo, Tim, banquero y escritor británico, a su casa de la ciudad de México. Había organizado el encuentro un editor de esta ciudad que conocía mi interés constante por la obra de Traven y sabía que, a principios de los años setenta, yo había estado en contacto con Rosa Elena Luján, la viuda de Traven (éste murió en 1969) y madre de Malú. De alguna manera conseguí la dirección de la viuda y le escribí porque había una novela de Traven que nunca había logrado encontrar, Trozas (The Logs), y quería saber si ella podría indicarme cómo encontrar un ejemplar. Rosa Elena generosamente me mandó un ejemplar, en alemán porque no se había publicado en inglés. Se lo dije a Malú, que me informó que su madre —viva aún pero muy enferma— obviamente se había dado cuenta de la sinceridad de mi interés y me mandaba la novela por su dedicación actual a la obra de su marido.
También le dije a Malú que en 1978, estando en Mérida, Yucatán, había conocido al dueño de una librería que me había contado que él había ido a la escuela con ella y con su hermana Rosa Elena, y decía haber visto en varias ocasiones a su padrastro. Me describía el tercer piso de su casa, en las calles de Río Mississippi, donde estaba el estudio de Traven, que denominaban "El puente", como el de un barco, y me contó que Traven, al que se dirigía como "señor Traven", y no Croves, siempre había sido generoso con él, que era un escritor en ciernes. Malú me explicó que su padrastro utilizaba el nombre Hal Croves en público y para firmar sus guiones, con el propósito de separar esos trabajos de sus novelas. (Entre sus guiones están Macario y La rebelión de los colgados.)

Malú me mostró las máquinas de escribir de Traven, de las cuales una Underwood portátil, manual, por supuesto, fue la que utilizaba en la selva de Chiapas, según me dijo. También me enseñó los sombreros del escritor, entre ellos un casco de safari en el que había encontrado cabello de Traven. "Si logro encontrar con qué compararlo —dijo Malú—, podría mandar hacer un análisis del ADN para saber quién era en realidad." La verdad, reconoció, es que ni ella sabía el origen del hombre que consideró su padre desde los diez u once años. Ella y su hermana lo llamaban Skipper. "Tenía las manos más singulares que le haya visto a ningún hombre", afirma.
Malú y Tim fueron anfitriones amables y me invitaron a ver los libros de Traven, no sólo las diversas ediciones de sus novelas, sino su biblioteca personal, que fue lo que más me interesó. Había algunos libros en alemán, aunque casi todos en inglés, sobre todo la narrativa: Conrad, Conan Doyle, Wells. Había títulos de Mencken y libros sobre el oro y la minería, bibliografía que habrá consultado para escribir El tesoro de la Sierra Madre. A fines del decenio de 1970, mientras trabajaba de consultor editorial, recomendé la publicación del libro para niños de Traven La creación del sol y la luna, que efectivamente se publicó. Fue una decisión acertada y durante las gestiones conocí al principal editor de Traven en Estados Unidos, Lawrence Hill. Malú también había conocido a Hill, y le conté que, una vez que almorzaba con él en el Players Club de Nueva York, me había dicho que quizá ni el propio Traven supiese bien a bien quién era. Es decir, que el hombre llamado Traven, o Torvsan, o Croves, no tenía seguridad sobre sus orígenes, y que esto estaba muy relacionado con el oscurecimiento de su identidad. En su lecho de muerte fue cuando parece ser que le confesó a Rosa Elena, su esposa, que había sido, efectivamente, Ret Marut, y que ella podía hacerlo público. A mi juicio, le dije a Malú, Traven siempre supo quién era, quiénes eran sus padres, dónde había nacido. Durante tantos años, como Rimbaud cuando recurrió a la naval neerlandesa, lo abrumaría y acosaría un temor parecido, fundado o no; y cuando todo peligro real o imaginario hubo pasado, también pasó su capacidad o necesidad de transformarse.

Pero una cosa me inquieta, el tardío intento de Traven de enriquecer su leyenda literaria escribiendo y publicando una novela final: Aslan Norval, en 1960, veinte años después de su última novela de la selva. Aslan Norval, que yo sepa, sólo se publicó en alemán, nunca en inglés. En 1960, Traven tendría cuando mucho 78 años (la fecha de su nacimiento sería 1882 o 1890), y según Rosa Elena Luján era un hombre vital, fuerte mental y físicamente casi hasta su muerte, nueve años después. Aslan Norval muestra el antiguo antisemitismo expresado por Ret Marut en su revista de Múnich en 1919 Der Ziegelbrenner, y por B. Traven en sus cartas a sus editores alemanes en 1933. Esta última novela es floja y, en consecuencia, ha pasado prácticamente inadvertida y no se tradujo. ¿Por qué la publicó? La razón es que Traven era un escritor y nunca dejó de escribir, aunque sólo fuera en su mente, sobre todo, y no podía cambiar. La verdad última es que B. Traven nunca pudo olvidar quién era. -

— Traducción de Rosamaría Núñez

FUENTE

sábado, 24 de septiembre de 2011

ALEISTER CROWLEY

Era hijo de un millonario galés, Edward Crowley, fallecido en 1886. Muy pronto quedó huérfano y heredó una gran fortuna. Fue criado por dos tías solteras que pertenecían al mismo grupo religioso que sus padres, los Hermanos de Plymouth, una denominación evangélica, conservadora y muy puritana.

Estudió en Cambridge, donde por primera vez empezó a sentirse libre lejos de su familia. De esa época datan sus primeros ensayos, novelas y poemas eróticos.

Llegó a ser un célebre ocultista, conocido en los medios esotéricos como Baphomet, uno de los nombres mágicos que adoptó. Dos de sus obras más renombradas son: Magick in Theory and Practice (Magia en teoría y práctica) y el Liber AL vel Legis (‘El Libro de la Ley’).

Ingresó en el Templo Isis-Urania de la Orden Hermética del Alba Dorada (‘Hermetic Order of the Golden Dawn’), donde escaló rápidamente los grados iniciáticos inferiores y se enfrentó con otros miembros de la misma, como William Butler Yeats y S.L. McGregor Mathers.

Abandonó dicha orden y creó la organización ocultista Astrum Argentum, A.A., llegando también a ser cabeza visible de la O.T.O. (Ordo Templi Orientis) en que rige su ley de Thelema, que es HAZ TU VOLUNTAD, tal como era la idea que expresó Satanás como serpiente a Eva en el Jardín de Edén. También fue miembro honorífico de otras sociedades secretas.

Se retiró a Escocia, cerca de la localidad de Foyers, donde compró una casa a orillas del famoso Lago Ness, a la que llamó Palacio de Boleskine. Allí, de acuerdo a la antigua costumbre escocesa de llamar laird a un terrateniente, se hizo llamar Laird de Boleskine y Abertarff.

Crowley llamó Iluminismo Científico al sistema que desarrolló para la A.A. Para divulgar las enseñanzas del mismo publicó, con la ayuda de varios colaboradores, la serie de revistas llamadas "El equinoccio" (The Equinox). El lema del Iluminismo Científico es "el método de la Ciencia, el objetivo de la Religión". En este lema, conforme aclara el mismo Aleister Crowley, "(si se interpreta correctamente) está expresado todo"."Simplemente fui cerca de Satanás, y todavía no sé por qué. Pero me encontré apasionado de servir a mi nuevo maestro... no estaba contento en creer en mi diablo personal y servirlo, en el sentido ordinario del mundo. Lo quería conocer personalmente y convertirme en el principal miembro de su staff " The Confessions of A.C.En algunas ocasiones hasta se llegó a afirmar que Aleister Crowley practicaba misas negras. He aquí la respuesta que el mismo Therion (nombre griego que significa "La Bestia") daba en el diario inglés "London Sunday Dispatch" a semejantes acusaciones, en el año 1933:

"Para practicar magia negra tienes que violar todo principio de la ciencia, decencia, e inteligencia. Debes estar obsesionado con una idea demente de la importancia del mezquino objeto de tus detestables y egoístas deseos. Se me ha acusado de ser "mago negro". No se ha hecho jamás afirmación más tonta sobre mí... La "Misa Negra" es un asunto totalmente diferente. Yo no podría celebrarla aunque quisiera, porque no soy un sacerdote consagrado de la Iglesia Cristiana. El celebrante debe ser un sacerdote, porque toda la idea de la práctica es profanar el Sacramento de la Eucaristía. Por consiguiente, debes creer en la verdad del culto y la eficacia de su ritual". Él mismo creó la misa agnóstica católica.

Crowley no era sólo un iniciado en temas esotéricos, también era novelista, poeta y ensayista, y tiene más de ochenta libros escritos la mayoría referentes a la magia, cábala, esoterismo, yoga y, en concreto, gran parte de ellos sobre su sistema MagicK, con K final, y a la filosofía o "religión" que el fundó (Thelema) gracias a las revelaciones del Libro de la Ley. Semejante cantidad de títulos sólo es posible porque empezó a publicar con 23 años y no dejó de escribir hasta prácticamente el día de su muerte, a los 72 años de edad. También fue traductor de obras clásicas y contemporáneas escritas en francés, de magia, poesía y esoterismo.

Además fue un montañero muy activo que practicaba el alpinismo y el himalayismo, y perteneció a la primera expedición europea y del mundo que intentó conquistar la cumbre del Kangchenjunga, en la que permaneció varios días a gran altitud sin asistencia respiratoria ya que aún no existían las botellas de oxígeno.

También era un excelente ajedrecista y practicaba la caza mayor como deporte, el ciclismo y el piragüismo, entre otras disciplinas deportivas.

Fue un viajero incansable, que residió en Londres, Foyers, París, Nueva York, El Cairo y Cefalú y recorrió China, India, Ceilán, Birmania, Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, España, Francia, Italia, Suiza, México, Canadá, Chile, Argentina, entre otros.

El Libro de la Ley

Crowley decía haber recibido en estado de mediumnidad su obra El Libro de la Ley, (Liber AL vel Legis sub figura CCXX), de una entidad preterhumana llamada Aiwaz, o Aiwass. Este hecho fue el punto culminante de la vida de Aleister, quien decía que había vivido para recibir este don.

Crowley estaba en El Cairo con su esposa Rose Kelley y en los días 8, 9 y 10 de abril de 1904, entre las 12:00 p.m. y la 01:00 p.m., recibió un capítulo por cada día, constando El Libro de la Ley de exactamente 3 capítulos en total.

Este libro proclama la ley de Thelema ("Voluntad" en griego) para el Nuevo Eón de Horus que comenzó en 1904, con la recepción del texto, y reemplazó al Eón de Osiris. En los textos de los thelemitas se cuenta como primer año el 1904, en vez del año de la Era Común, y se les añade las posiciones diarias del Sol y la Luna. Dos de las frases más conocidas de este libro son: "Haz lo que tú quieras será toda Ley", y "Amor es la ley, amor bajo voluntad".

Más tarde fundaría la Abadía de Thelema en la población de Cefalú en Sicilia. Una casa de campo remodelada y decorada por él mismo con frescos en las paredes, siguiendo la idea de Gauguin, a quien admiraba. En ella permaneció un tiempo junto a varios de sus seguidores, hasta que fueron expulsados de Italia por el gobierno de Mussolini debido sobre todo a la muerte de uno de sus discípulos, Raoul Loveday, que se intoxicó al beber agua contaminada, y al revuelo generado por Betty May, esposa de éste último.

La cultura thelémica fue un adelanto increíble para el tiempo de Crowley. Fue algo similar a lo que más tarde sería el movimiento hippie, con su mezcla de libertad sexual, experimentación con todo tipo de drogas, meditación, mezcla de cultos orientales y occidentales, etc. Algunas de las razones por las que se lo consideraba a Crowley un hombre perverso eran su bisexualidad y la experimentación con drogas. Tengamos en cuenta que el principio del movimiento (muy minoritario) se produjo en Gran Bretaña durante la época de la reina Victoria.

Entre los que lo estudiaron a lo largo de su vida, y lo estudian también tras su muerte, hay varias sociedades que siguen sus enseñanzas. Podemos encontrar a gente como el pintor Austin Osman Spare que luego crearía, a su vez, el movimiento Zos Kia Cultus; el director de cine y escritor Hollywoodiense Kenneth Anger; Jimmy Page, guitarrista de Led Zeppelin, el escritor Paulo Coelho y el cantautor brasileño Raul Seixas grabaron músicas como: A Lei (La Ley), Sociedade Alternativa con ideales Thelemistas, así como The Beatles.

Su vida y obra también influyeron a personajes como Anton Szandor LaVey y un sinfín de ocultistas, satanistas, etc.

Crowley, después de una vida aventurera y activa, acabó muriendo en una casa de huéspedes de Hastings, aquejado de degeneración del miocardio y bronquitis aguda. Fue incinerado en una ceremonia a la que acudieron algunos de sus discípulos y amigos en la que leyeron parte de los Textos Sagrados de Thelema, entre ellos, pasajes del Liber Legis, y también de su Himno a Pan.

Existen distintas versiones sobre las últimas palabras de Crowley en su lecho de muerte. Según el relato de John Symonds, la enfermera le había contado que Crowley le había sujetado la mano con fuerza y, con lágrimas en los ojos, le había dicho: "Estoy perplejo". Sin embargo, según un tal Sr. Rowe, que estaba presente en la habitación, Crowley dijo "A veces me odio a mí mismo". Según otra de las versiones, recogida por Gerald Suster en su biografía de Crowley, un empleado de la casa oyó un fuerte ruido en el piso superior mientras limpiaba los muebles, subió y vio a Crowley muerto en el suelo de su habitación. Finalmente, según Patricia MacAlpine, madre del único hijo de Crowley, murió pacíficamente en su lecho mientras soplaba el viento y sonaban truenos en el exterior. En palabras de MacAlpine, "eran los dioses, que lo saludaban".



viernes, 16 de septiembre de 2011

LA CULTURA DEL MIEDO


Cultura del miedo, es un término que hace referencia a una percepción común de miedo y ansiedad en discursos públicos y relaciones personales, y cómo ésta, puede afectar la manera en que las personas interactúan con las demás, cuales individuos y como agentes democráticos. Entre aquellos que usan esta percepción, existen diferentes variedades de afirmaciones, como los orígenes y las consecuencias de la tendencia que buscan describir; sin embargo, la mayoría coincide con la aserción elemental, que la cultura del miedo es un fenómeno relativamente nuevo relacionado con los medios de comunicación masiva, con importantes implicaciones dañinas en potencia.

Diversos periodistas sociales han presentado diferentes tesis sobre la cultura del miedo, cada uno con un énfasis distintivo. Podrían ser categorizadas a lo largo de un rango de variantes, desde aquellas en las cuales se considera al fenómeno como conscientemente dirigido - por ejemplo, una política deliberada de alarmismo -, hasta aquellas en las cuales se le trata como una emanación espontánea de desarrollos históricos, como una respuesta reflexiva a otros cambios en la sociedad.

Miedo construido

Entre los que tienden a argumentar que la cultura del miedo está siendo intencionadamente elaborada, podrían mencionarse al lingüista Noam Chomsky, al sociólogo Barry Glassner, a cineastas políticos tales como Adam Curtis y Michael Moore o reporteros como Judith Miller. Los motivos expuestos para tal plan premeditado de alarmismo varían, pero dependen del potencial incrementado de control social, que una población desconfiada y recíprocamente atemorizada, puede ofrecer a aquellos en el poder. En estos términos, los miedos son cuidadosa y repetidamente creados y alimentados por cualquiera que desee infundir temor, frecuentemente a través de la manipulación de palabras, hechos, noticias, fuentes o información, a fin de inducir ciertos comportamientos personales, justificar acciones o políticas gubernamentales (en el país o el extranjero), mantener a la gente consumiendo, elegir políticos demagogos o distraer la atención pública de supuestas problemáticas sociales más urgentes como la pobreza, la seguridad social, el desempleo, el crimen o la contaminación. Dichos comentaristas sugieren que existe una escala de procesos culturales que pueden considerarse como "técnicas" deliberadas para alarmar. Por ejemplo:

  • Cuidadosa selección y omisión de noticias (algunos hechos relevantes son mostrados y otros no);
  • Distorsión de estadísticas o números;
  • Transformación de eventos aislados a epidemias sociales; (Juicios de Salem)
  • Corrupción y tergiversación de palabras o terminología conforme a objetivos específicos;
  • Estigmatización de minorías, especialmente cuando son asociadas con actos criminales, degradando la opinión pública o las políticas de inmigración; (Muro fronterizo EE.UU. - México)
  • Generalización de situaciones complejas y multifacéticas;
  • Inversión causal (convirtiendo una causa en un efecto o viceversa);
  • Fabricación inmediata de eventos o afirmaciones.

Miedo emergente

Al otro extremo del rango, una cultura del miedo es planteada como una susceptibilidad que surge de cada rincón de la sociedad contemporánea, de forma natural. Frank Furedi, profesor de sociología en la Universidad de Kent (Gran Bretaña), quien también fundó el Partido Comunista Revolucionario, ejemplifica este margen del rango con sus libros, Culture of Fear: Risk-taking and the Morality of Low Expectations (1997) y Politics of Fear: Beyond Left and Right (2005). Furedi sitúa el origen del fenómeno en lo que él caracteriza como una 'falla de la imaginación histórica', un síntoma que identifica como la extenuación de los sistemas de significado político del siglo XX.

Fue mi experiencia del pánico a la píldora anticonceptiva de 1995 que me motivó a escribir Culture of Fear. Llevé a cabo un estudio global de reacciones nacionales del pánico, y rápidamente caí en la cuenta de que las respuestas diferenciales fueron culturalmente instruidas. Algunas sociedades, como la británica y la alemana, reaccionaron de una manera confusa, a modo de pavor - mientras que países como Francia, Bélgica y Hong Kong, adoptaron un enfoque más mesurado.

Desde el punto de vista de Furedi, una percepción universal de horror pre-existe y apuntala las expresiones de alarma de los medios de comunicación y los políticos. Mientras los medios y los gobernantes pueden amplificar y sacar provecho de esta sensibilidad, sus actividades no son decisivas en su producción cultural. Furedi nivela la carga en varias voces 'anti institucionales' o 'liberales', afirmando que ellos son al menos cómplices en la explotación de ansiedades como la 'implantación' (de catástrofes ecológicas, por ejemplo), que es el asimiento más comúnmente benéfico a partir de la cultura del miedo.

Falta de miedo

Algunos analistas, también apuntan que un proceso similar al de crear miedo, puede ser usado para desalentar a cualquiera trivializando o ignorando categóricamente el problema, un tipo de muerte por apatía. Es difícil asustarse de algo que no existe. Ejemplos de esto son las emisiones de asbesto y cigarrillos: hasta que las personas pueden concluyentemente probar el daño, todos estos problemas son normalmente tratados como si fueran inexistentes. Otra muestra puede ser la idea de no informar sobre las guerras para dar la apariencia de que no existen o para intentar minimizar su trascendencia.

Casos de estudio

Cada uno de los arriba mencionados, han seleccionado ejemplos de discursos públicos recientes para ilustrar su causa. En cada caso, el argumento general es que la naturaleza de la amenaza descrita en dichas disertaciones gubernamentales, está fuera de proporción según los reales riesgos y daños implicados. Diferentes investigadores fijan su atención en diversos aspectos de tales eventos - por ejemplo, algunos se concentrarán en cómo las historias pueden ser distorsionadas al ser difundidas a nivel nacional, mientras que otros se centraran sobre la receptividad de la audiencia o su conformidad para alterar su comportamiento o preferencias de voto. Para cada caso, puede haber varios expertos y organizaciones que disputan la implicación que el asunto es excesivamente exagerado.

  • Resistencia antibiótica - ¿Se volverán los germenes inmunes a los fármacos? (como el SARM)
  • Implantes de pecho - ¿Se saldrán de su lugar?
  • Telefonía móvil - ¿Causan cáncer cerebral e incendios en las gasolineras?
  • Industria farmacéutica - ¿Cuáles son los efectos secundarios de las medicinas con prescripción?
  • Prohibición de drogas - ¿Pueden los estupefacientes ser legales?
  • Dungeons & Dragons, Harry Potter, música y videojuegos - ¿Pueden corromper la mente de los niños?
  • Alimentos transgénicos y Alimentos contaminados - ¿Es esta comida segura para comer?
  • Calentamiento global - ¿Cuál es el impacto global de los crecientes niveles de CO2?
  • Google - ¿La acumulación de términos en búsqueda, compromete potencialmente la privacidad del usuario?
  • Hackers - ¿Pueden lograr acceder a mi computadora?
  • Alarma antirrobo - ¿Están seguros de intrusos los inquilinos?
  • VIH - ¿Qué tan contagiosa es la enfermedad?
  • Usurpación de identidad - ¿Alguien tendrá la intención de destruir mi vida al personificarme?
  • Inmunización - ¿Son seguras las vacunas aún cuando están hechas de huevos de gallina y contienen mercurio?
  • Abeja africanizada - ¿Qué tan letales son?
  • Secuestro - ¿Cómo puede uno proteger a su familia?
  • Energía nuclear - ¿Cuáles son los efectos a largo plazo de la exposición a la radiación?
  • Tráfico de órganos - ¿Hay gente que al ser narcotizada despierta sin un riñón?
  • Agujero de ozono - ¿Causará el agujero de ozono gran incidencia de cáncer?
  • Paganismo y Brujería
  • Pandemia - ¿Existe una enfermedad en algún punto del planeta que pueda esparcirse incontrolablemente y matar a todos?
  • Pederastia - ¿Puede uno confiar de extraños junto a niños?
  • Pobres - ¿Todo pobre es capaz de robar por necesidad?
  • Anticomunismo - En EUA cientos de personas fueron encarceladas, identificadas como sospechosas o deportadas por miedo al anarquismo y comunismo.
  • Rituales satánicos
  • Fumador pasivo - ¿Puede uno mismo contraer cáncer de esta forma?
  • Filmes snuff
  • Red social
  • Estabilidad de la Seguridad social - ¿Cuentan los trabajadores con un respaldo para cuando se retiren?
  • Terrorismo

Crítica y contexto político

Las políticas de George W. Bush, especialmente su gestión retórica alrededor de su "guerra contra el terrorismo" y la invasión de Iraq, han sido el blanco principal de las críticas. En este contexto, la "cultura del miedo" es supuestamente generada por la administración de Bush y sus aliados, en un esfuerzo jerárquico para incrementar el apoyo a la fuerza militar y las operaciones de seguridad nacionales. En un amplio contexto político-nacional, muchos creen que los políticos conservadores y algunos líderes morales, hacen a la gente temerosa de cosas tales como el terrorismo, el crimen o drogas ilegales para influenciar sobre la opinión pública y la conducta personal. Es algo que muchos creen es intencionalmente exagerado por los medios a petición de los propietarios conservadores de compañías mediáticas (por ejemplo, Rupert Murdoch y Fox News).

La idea de una sociedad en gran medida de "cultura del miedo", puede ser percibida por liberales y otros oponentes de los conservadores, como una estenografía de la manipulación cultural por parte de éstos con fines políticos.

Por el contrario, los liberales también han sido acusados por su justa participación de alarmismo para aplicarlo a sus propias agendas políticas, especialmente en asuntos de protección ambiental, biotecnología y seguridad.

Existen varias perspectivas alternativas:

  • Que en ciertos casos son ellos quien presuntamente fabrican los miedos, que los políticos están realmente reaccionando frente a la opinión pública (racionalmente o a la inversa).
  • Que las preocupaciones relevantes son legítimas, pero los críticos no coinciden con las soluciones propuestas o necesarias, sino que desean desenfatizar los problemas.
  • Que el mercado de los medios de comunicación masiva simplemente maximiza su audiencia y que la temible información, casualmente es una cosa que arrebata la atención de las personas. (Algunos hasta podrían argumentar que esto sirve al interés público.)

Sobre cuestiones que no han sido fuertemente asociadas con la controversia política derecha/izquierda, una estampida ostentosa de miedos en el discurso público pueden ser etiquetadas por otros especialistas como "alarmistas". Síntomas típicos de una alarma incluyen una falta de educación general o científica entre el público, predisposiciones intrínsecas en la valoración de riesgos, carencia de pensamiento racional, información errónea y el dar mucha importancia a los rumores.


Fragmento de la película "La doctrina del Shock" para ver la película entera

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