lunes, 31 de octubre de 2011

FUEGO FATUO


Un fuego fatuo (en latín ignis fatuus) es un fenómeno consistente en la inflamación de ciertas materias (fósforo, principalmente) que se elevan de las sustancias animales o vegetales en putrefacción, y forman pequeñas llamas que se ven andar por el aire a poca distancia de la superficie, se encuentran en los lugares pantanosos y en los cementerios. Son luces pálidas que pueden verse a veces de noche o al anochecer. Se dice que los fuegos fatuos retroceden al aproximarse a ellos. Existen muchas leyendas sobre ellos, lo que hace que muchos sean reacios a aceptar explicaciones científicas.

Una posible explicación naturalista y científica para el fenómeno es que la oxidación de la fosfina y los gases de metano producidos por la descomposición de materias orgánicas puede producir la aparición de luces brillando en el aire. Experimentos realizados por ejemplo por el científico italiano Luigi Garlaschelli han reproducido las luces al añadir sustancias químicas a los gases producidos por compuestos en putrefacción, sin producir dichas luces ignición alguna. Los críticos afirman que esta teoría no explica fácilmente los casos en los que se han descrito luces balanceándose, bajando, volando arriba y abajo o moviéndose contra el viento.

William Corliss escribe en Remarkable Luminous Phenomena in Nature (Sourcebook Project, Glen Arm, MD, 2001:290):

«No se ha demostrado mecanismo satisfactorio alguno donde los gases que emanan de zonas pantanosas ardan espontáneamente. Más aún, la mayoría de las luces nocturnas bajas son frías, que no es lo que se esperaría de la combustión del metano. Además, nadie ha explicado cómo las nubes de gas luminoso pueden mantener su tamaño y forma mientras se mueven erráticamente durante varios minutos.»

Otros creen que efectos bioluminiscentes (por ejemplo Armillaria mellea) o la fosforescencia natural de las sales de calcio presentes en las osamentas provocan la luz. Otras explicaciones incluyen causas similares a las del rayo globular.

Más recientemente, bajo la más amplia etiqueta de «luces terrestres», ciertas teorías pseudocientíficas sobre cómo se producen han sido propuestas por los profesores Derr y Persinger, y por Paul Deveraux. Derr y Persinger propusieron la teoría de que las luces terrestres pueden ser generadas por la tensión tectónica, que calentaría las rocas vaporizando el agua que contienen. Las rocas piezoeléctricas como el cuarzo producen así electricidad, que es conducida por esta columna de agua vaporizada hasta que alcanza la superficie, apareciendo como luces terrestres. Esta teoría implicaría que la mayoría de las luces terrestres se dan en lugares con tensión tectónica. De ser correcta, explicaría por qué tales luces suelen comportarse de forma errática e incluso a veces aparentemente inteligente, desafiando a menudo las leyes de la gravedad. Sin embargo, la explicación de Deveraux es más amplia, pues éste piensa que la relación entre las luces y el paisaje es más débil, estando también relacionadas probablemente con muchas otras cosas: condiciones climáticas, orografía, líneas telúricas, nivel freático, etcétera. Esta explicación, sin embargo, es rechazada por la mayoría de los expertos por no ser científica.

Sin embargo, otras explicaciones teóricas parecidas que incluyen la emanación de luz por parte de corrientes eléctricas producidas naturalmente no incluyen elementos pseudocientíficos. Además, las teorías basadas en fenómenos eléctricos explican más fácilmente el movimiento aparentemente libre atribuido a las luces y la reacción de éstas a la introducción de objetos cercanos (incluyendo seres humanos).

Mitos y leyendas

Entre la población rural europea, especialmente en la cultura popular gaélica y eslava, se cree que los fuegos fatuos o "will o' the wisp" (nombre común en Europa) son espíritus malignos de muertos u otros seres sobrenaturales que intentan desviar a los viajeros de su camino, alejándose cada vez que alguien trata de acercarse (compárese con el puck). A veces se cree que son espíritus de niños sin bautizar o nacidos muertos, que revolotean entre el cielo y el infierno (compárese con wili). Modernas elaboraciones ocultistas los relacionan con la salamandra, un tipo de espíritu completamente independiente de los humanos (a diferencia de los fantasmas, que se supone que han sido humanos en algún momento anterior). También encajan en la descripción de ciertos tipos de hada, que pueden o no haber sido almas humanas.

En el folklore húngaro es conocido como lidérc y se suele crear colocando un huevo de gallina negra bajo una axila. Esta criatura protegerá y bendecirá con salud y riqueza a su dueño y creador. Igualmente, el fuego fatuo aparece en numerosas leyendas populares de las Islas Británicas, siendo a menudo en ellas un personaje malicioso. En su libro British Goblins, William Wirt Sikes menciona una leyenda galesa sobre un fuego fatuo (pwca en galés) en la que un campesino que vuelve a casa al anochecer avista una luz brillante moviéndose bastante por delante de él. Desde más cerca, logra ver que la luz es una linterna portada por una «pequeña figura oscura» a la que sigue durante varias millas. De repente se halla en el borde de una enorme sima con un rugiente torrente de agua corriendo bajo él. En este preciso momento el portador de la linterna salta cruzando el agujero, elevando la luz muy por encima de su cabeza y lanzando una risa maliciosa, tras lo cual apaga la luz dejando al pobre campesino lejos de su casa, sumido en la oscuridad al borde del precipicio. Ésta es una historia cautelar bastante común sobre el fenómeno, si bien los fuegos fatuos no siempre se consideran peligrosos; hay algunas leyendas que los hacen guardianes de tesoros, de forma muy parecida a como el leprechaun irlandés guiaba a los que tenían la valentía de seguirlo hasta riquezas seguras. Otras historias tratan sobre viajeros que se pierden en el bosque, se encuentran con un fuego fatuo y dependiendo de cómo le tratan éste los pierden aún más en él o le guían fuera.

Katherine Briggs menciona a Will el Herrero de Shropshire en su Diccionario de las hadas. En este caso Will es un herrero malvado a quien San Pedro le da una segunda oportunidad en las puertas del Cielo, pero que lleva tan mala vida que termina siendo condenado a vagar por la Tierra. El diablo le provee de un único carbón ardiente con el que calentarse, que entonces él usa para atraer a los viajeros imprudentes a los pantanos.

En algunas zonas rurales de Venezuela existe la leyenda de que los fuegos fatuos son los espíritus del conquistador español Lope de Aguirre y sus hombres, que no encuentran reposo en el más allá y vagan por este mundo.

Literatura

En la literatura, el fuego fatuo tiene a menudo un significado metafórico, describiendo cualquier esperanza o meta que guía a alguien pero que es imposible de alcanzar, o algo que uno encuentra siniestro y desconcertante.

Algunos ejemplos de referencias en la literatura son:

  • En el cuento esotérico de Johann Wolfgang von Goethe La serpiente verde y la bella azucena: «Al salir delante de la puerta vio dos grandes fuegos fatuos flotando encima del bote amarrado y le aseguraron que se hallaban en los más grandes apuros y que estaban deseosos de verse ya en la otra orilla...».
  • El poema de Samuel Taylor Coleridge «Balada del viejo marinero» describe el fuego fatuo. Dicho poema fue publicado por primera vez en las Baladas líricas, en 1798.
Alrededor, alrededor, por un lado y por el otro
Los fuegos-de-la-muerte bailaban a la noche;
El agua, como óleos de una bruja
Ardía verde, y azul, y blanco.
— Samuel Taylor Coleridge, «Balada del viejo marinero», en Baladas líricas.
  • En El vizconde demediado, de Italo Calvino; el doctor Trelawney, va a hacer investigaciones al bosque y al cementerio en busca de fuegos fatuos para capturarlos.
  • En el inicio de la más conocida obra de Bram Stoker, Drácula, el protagonista, Jonathan Harker es conducido por un misterioso cochero hacia un castillo durante la Noche de Walpurgis. El joven observa cómo el conductor se baja de cuando en cuando del carruaje en pos de unos fuegos fatuos que iluminan fugazmente el camino. Más tarde descubrirá que el personaje no es otro que el Conde Drácula y que seguía las luces porque marcaban el lugar de tesoros enterrados.
  • «La raza anhela adorar. ¿Puede adorar lo simple o venerar lo obvio? Toda la mitología y el folclore eleva una indignada protesta en el pensamiento. El sol daba luz, por tanto no era gas caliente ni llama, sino un dios o un carro. El ignus fatuus engañaba a los hombres por la noche. Era un espíritu; nada tan simple como la descomposición podía cubrir la necesidad.»El secreto de la victoria de George Patton, escrito el 26 de marzo de 1926.
  • El poeta flamenco Willem Elsschot, alias Alfons-Jozef De Ridder, escribió Het dwaallicht («Fuego fatuo») en 1946.
  • J. R. R. Tolkien menciona en El señor de los anillos (publicado por primera vez en 1954–1955) luces de los pantanos en las Ciénagas de los Muertos:
Por último Sam no pudo contenerse:

— ¿Qué es todo esto, Gollum? —dijo en un murmullo—. ¿Estas luces? Ahora nos rodean por todas partes. ¿Nos han atrapado? ¿Quiénes son?

Gollum alzó la cabeza. Se encontraba delante del agua oscura y se arrastraba en el suelo, a derecha e izquierda, sin saber por dónde ir.

— Sí, nos rodean por todas partes —murmuró—. Los fuegos fatuos. Los cirios de los cadáveres, sí, sí. ¡No les prestes atención! ¡No las mires! ¡No las sigas! ¿Dónde está el amo?

Sam volvió la cabeza y advirtió que Frodo se había retrasado otra vez. No lo veía. Volvió sobre sus pasos en las tinieblas, sin atreverse a ir demasiado lejos, ni a llamar en voz más alta que un ronco murmullo. Súbitamente tropezó con Frodo, que inmóvil y absorto contemplaba las luces pálidas. Las manos rígidas le colgaban a los costados del cuerpo: goteaban agua y lodo.

—¡Venga, señor Frodo! —dijo Sam—. ¡No las mire! Gollum dice que no hay que mirarlas.
— J. R. R. Tolkien, «A través de las ciénagas» en Las dos torres.
  • Un fuego fatuo aparece en la novela de Michael Ende La historia interminable.
  • «... un flibbertigibbet, un fuego fatuo, un payaso ...» aparecen en la canción How Do You Solve a Problem Like Maria de la película The Sound of Music.
  • Hinkypunk, el nombre que se da al fuego fatuo en el sudoeste de Inglaterra (probablemente derivado del galés pwca o puck), ha alcanzado la fama como un monstruo en la serie de novelas de J. K. Rowling Harry Potter. En los libros, un hinkypunk es una criatura de una sola pierna y aspecto frágil que parece estar hecha de humo. El hinkypunk habita las ciénagas y lleva una linterna que usa para atraer viajeros a la oscuridad. El profesor Remus Lupin presenta a la criatura en el libro Harry Potter y el prisionero de Azkaban. Harry y sus compañeros se enfrentan a un hinkypunk en su examen final de Defensa Contra las Artes Oscuras ese año. Aunque Harry aprueba, Ronald Weasley queda confundido por sus desorientadores movimientos y se hunde en la ciénaga.
  • José Saramago en Ensayo sobre la ceguera hace pasar a su protagonista un mal rato al ir a revisar un sótano:
Están muertos, consiguió decir entre sollozos, Quiénes están muertos, Ellos, y no pudo continuar, Cálmate, me lo contarás cuando puedas. Unos minutos después, ella dijo, Están muertos, Has visto algo, abriste la puerta, preguntó el marido, No, sólo vi que había fuegos fatuos agarrados a las rendijas, estaban allí agarrados y danzaban, no se soltaban, hidrógeno fosforado resultante de la descomposición
— José Saramago, Ensayo sobre la ceguera.
  • En varios libros de Stephen King como It y Cementerio de animales.
— Los micmac creían que esa colina era un sitio mágico —dijo—. Creían que todo el bosque, al norte y el este del pantano, era mágico. Hicieron este sitio, y enterraban a sus muertos aquí. Las otras tribus no se acercaban; los penobscots por ejemplo, decían que estos bosques estaban llenos de fantasmas. Después, los traficantes de pieles empezaron a decir cosas parecidas. Supongo que algunos vieron los fuegos fatuos en el Pantano del Dios pequeo, y creyeron haber visto fantasmas.

Jud sonrió, y Louis pensó: «Eso no es lo que tú crees, para nada».

— Después, ni siquiera los micmac quisieron venir. Uno de ellos dijo que haba visto un wendigo, y que la tierra se había hecho mala. Hicieron un gran congreso para decirlo... así me lo contaron en mi juventud, Louis, pero lo oí de labios del viejo mentiroso Stanny B (así llamábamos todos a [Stanley Bouchard), y lo que Stanny B. no sabía lo inventaba.

MúsicaEnlace

  • El compositor romántico Franz Liszt puso por nombre «Feux follets» (Fuegos fatuos) al quinto de sus Douze Études d'exécution transcendante (Doce estudios de ejecución trascendental).
  • En 1918, el compositor español Manuel de Falla, comenzó a componer la ópera cómica Fuego fatuo, con libreto de María Lejárraga, pero no llegó a estrenarse.
  • Manuel de Falla también incluyó una canción en su obra El amor brujo titulada «Canción del fuego fatuo».

jueves, 20 de octubre de 2011

DEEP PURPLE MARK I

A pesar de que el Mark II fue quizás la más famosa de las formaciones de Deep Purple, hoy voy a hablar de la que a mi más me gusta, la primera formación y más psicodélica.

En 1967, el antiguo batería de The Searchers, Chris Curtis, contactó con Tony Edwards, un hombre de negocios londinense, para pedirle si podía ser el representante del nuevo grupo que había ideado, y que iba a llamarse Roundabout, llamado así porque los músicos iban a entrar y salir de él como si estuvieran en una rotonda (roundabout significa "rotonda" en inglés). Impresionado con el plan, Edwards aceptó financiar la banda con dos compañeros de negocios: John Coletta y Ron Hire, con los que formaba HEC Enterprises.

El primer músico en reclutar fue el teclista de corte clásico Jon Lord, que había tocado para The Artwoods, cuyo líder Art Wood es hermano del actual guitarrista de los Rolling Stones Ronnie Wood. El siguiente en unirse al grupo fue Ritchie Blackmore, un guitarrista de sesión al que tuvieron que convencer para regresar de Hamburgo, donde estaba para realizar una audición para otra banda. Poco después Curtis abandonó el proyecto, pero tanto HEC Enterprises como Lord y Blackmore decidieron continuar.

Para llenar el hueco en el bajo, Lord recomendó a su amigo de la infancia Nick Simper, con quien había coincidido en una banda llamada The Flower Pot Men y que era también ex-miembro de Johnny Kidd & The Pirates. La alineación se completó con el vocalista Rod Evans y el batería Ian Paice. Tras una pequeña gira por Dinamarca, Blackmore sugirió un nuevo nombre para la banda, Deep Purple, que era la canción favorita de su abuela.

El primer éxito de la banda vino con la versión de "Hush", canción original de Joe South que alcanzó el segundo puesto en Estados Unidos y el cuarto en Canadá, aunque en Gran Bretaña pasó desapercibida. Tomando como ejemplo a la banda Vanilla Fudge, la banda desarrolló un rock psicodélico con influencias de la música de Bach y Rimsky-Korsakov en el teclado de Lord. Gracias a "Hush" y al buen recibimiento que también tuvo el disco debut Shades of Deep Purple, la banda se embarcó en una gira como teloneros de Cream.

El siguiente álbum, The Book of Taliesyn, fue publicado en los Estados Unidos para que coincidiese con su gira de promoción, alcanzando el puesto 38 en este país. En Gran Bretaña fue publicado al año siguiente, aunque volvió a pasar desapercibido una vez más. Tras el álbum homónimo publicado tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos en 1969 y continuas giras por América del Norte, la compañía Tetragrammaton Records, encargada de la distribución de sus álbumes en EE. UU., se disolvió por motivos económicos, dejando a Deep Purple con un futuro incierto y sin dinero. Sin embargo, Warner Bros. Records asumió las deudas de Tetragrammaton y publicó los trabajos de la banda en los Estados Unidos en la década de los 70. A comienzos de 1969 Deep Purple regresó a Gran Bretaña y grabó una canción llamada "Emmaretta" (que proviene del nombre de una de las bailarinas del musical Hair, a quien Evans trataba de seducir).

No satisfecho con el trabajo de Evans, Blackmore contactó con su amigo Mick Underwood, batería de Episode Six, quien le recomendó a su compañero Ian Gillan. Con el objetivo de contratar a Gillan, Blackmore y Lord acudieron a un concierto de Episode Six. Al finalizar la actuación, ambos miembros fueron a hablar con el vocalista e intentaron convencerle para unirse a Deep Purple, pero Gillan puso como condición que también se incorporase el bajista Roger Glover. Esta proposición encajaba con los planes de Lord y Blackmore, ya que Evans y Simper eran buenos amigos y la salida de uno propiciaría mal ambiente en el seno del grupo. Sin embargo, Glover no estaba seguro de qué opción escoger, puesto que era el principal compositor de Episode Six, y su marcha provocaría el fin de la banda. Además, no confiaba en las posibilidades de éxito de Deep Purple, ya que en Inglaterra no tenían ningún éxito. Finalmente, Glover decidió unirse a la nueva banda, lo que provocó el final de Episode Six y el despido de Simper.

SHADES OF DEEP PURPLE

  1. "And the Address" (Ritchie Blackmore, Jon Lord) – 4:38
  2. "Hush" (Joe South) – 4:24
  3. "One More Rainy Day" (Rod Evans, Lord) – 3:40
  4. "Prelude: Happiness" (Rimsky-Korsakov, Evans, Blackmore, Nick Simper, Lord, Ian Paice) / "I'm So Glad" (Skip James) – 7:19
  5. "Mandrake Root" (Evans, Blackmore, Lord) – 6:09
  6. "Help!" (John Lennon, Paul McCartney) – 6:01
  7. "Love Help Me" (Evans, Blackmore) – 3:49
  8. "Hey Joe" (Billy Roberts) – 7:33
THE BOOK OF TALIESYN


  1. "Listen, Learn, Read On" (Rod Evans, Ritchie Blackmore, Jon Lord, Ian Paice) – 4:05
  2. "Wring That Neck" (publicada como "Hard Road" en EE.UU.) (Blackmore, Nick Simper, Lord, Paice) – 5:13
  3. "Kentucky Woman" (Neil Diamond) – 4:44
  4. "Exposition (Blackmore, Simper, Lord, Paice) / "We Can Work It Out" (John Lennon, Paul McCartney) – 7:06 (en el LP aparece como 6:66).
  5. "Shield" (Evans, Blackmore, Lord) – 6:06
  6. "Anthem" (Evans, Lord) – 6:31
  7. "River Deep - Mountain High" (Jeff Barry, Ellie Greenwich, Phil Spector) – 10:12
DEEP PURPLE


  1. "Chasing Shadows" (Jon Lord, Ian Paice) – 5:34
  2. "Blind" (Lord) – 5:26
  3. "Lalena" (Donovan) – 5:05
  4. "Fault Line" (Ritchie Blackmore, Nick Simper, Lord, Paice) – 1:46
  5. "The Painter" (Rod Evans, Blackmore, Simper, Lord, Paice) – 3:51
  6. "Why Didn't Rosemary?" (Evans, Blackmore, Simper, Lord, Paice) – 5:04
  7. "Bird Has Flown" (Evans, Blackmore, Lord) – 5:36
  8. "April" (Blackmore, Lord) – 12:10

lunes, 17 de octubre de 2011

KU KLUX KLAN


El Ku Klux Klan original fue creado después de la Guerra Civil Americana de Estados Unidos, el 24 de diciembre de 1865. Lo crearon seis veteranos Confederados de clase media y baja, molestos con la situación en su pueblo, Pulaski, Tennessee, en los años de la postguerra. El nombre del Klan se compuso con la fusión del griego "κύκλος [kýklos]," (círculo). El capitán Kennedy añadió klan (clan) en recuerdo de los grupos familiares ancestrales, ya que todos tenían ascendencia escocesa. Los fundadores decidieron escribir clan con K, para darle más notoriedad a la organización. Les gustó el sonido rítmico de las palabras, y decidieron separar Kuklos en dos palabras, cambiando la «o» de Kuklos por «u», y la «s» final por una más impactante «x».

Inicialmente, se suponían una organización humorística democrática que se dedicaba a realizar charadas y rituales en las que las víctimas eran humilladas. El Ku Klux Klan fue concebido como un club social donde los jóvenes podían encontrar diversión y entretenimiento. Los miembros hacían excursiones nocturnas por el pueblo de Pulaski, disfrazados con sábanas y máscaras, fingiendo ser fantasmas que asustaban (o divertían) a la población. Al enfrentar el período de Reconstrucción de los Estados Unidos después de la guerra civil, el KKK endureció sus actividades, y se dedicó a oprimir a los carpetbaggers, a los scalawags, y a los recién liberados esclavos. El pasado conservador y de apoyo a la esclavitud del Partido Demócrata hizo que muchos de sus miembros buscaran pertenecer al KKK. También de manera informal, el Klan repudiaba al Partido Republicano.

El Klan se extendió rápidamente por otros estados sureños, desencadenando un "reino del terror" contra líderes republicanos de todas las procedencias raciales. El juego desembocó en asesinatos, incluyendo el del congresista de Arkansas James M. Hinds, el de tres miembros de la Legislatura de Carolina del Sur y los de varios hombres que habían trabajado en convenciones constitucionalistas.

De 1866 a 1867, el Klan irrumpió en las sesiones religiosas de la comunidad negra, e invadió los hogares de esta comunidad para robar armas de fuego, con el pretexto de desarmar a los negros veteranos de la guerra civil. Algunas de estas actividades imitaban las acciones de otros grupos de Tennessee como los Chaquetas Amarillas o los Gorras Rojas.

En 1867, en una reunión en Nashville, se trató de organizar a los dispersos grupos afines al Klan, dentro de una agrupación de capítulos locales que informaran a líderes de condado, los cuales informarían a los distritos, éstos a sus estados y a su vez éstos informarían a un cuartel general que agrupara a la nación entera. La propuesta fue redactada por el veterano general brigadier George Gordon. Esta propuesta estaba escrita en un lenguaje motivador que disertaba sobre las metas del KKK, e incluía una lista de preguntas que los aspirantes a pertenecer al Klan debían responder correctamente. Las preguntas se centraban en la resistencia a la Reconstrucción y al Partido Republicano. El candidato debía responder si era republicano, veterano del Ejército de la Unión o miembro de la Liga de la Unión, además de especificar si se oponía a la igualdad de los negros tanto social como políticamente, y si estaba a favor de un Gobierno de "hombres blancos" que "mantuviera los derechos constitucionales del Sur", la "emancipación de los hombres blancos del sur, la restitución de todos los derechos de los sureños", y "el derecho inalienable de la propia supervivencia ante el ejercicio arbitrario del poder".

A pesar del trabajo de preparación, la propuesta de Gordon no fue aceptada.

El Ku Klux Klan buscó el control político y social de los esclavos liberados. En particular, intentó socavar la educación, el avance económico, el derecho a portar armas y los derechos electorales de los afroamericanos. Sin embargo, el Klan no se limitó a actuar contra estas etnias, pues los republicanos del Sur también fueron blanco de sus tácticas intimidatorias. Frecuentemente, obtenían sus propósitos mediante la violencia. Por ejemplo, en las elecciones generales de Georgia, en abril de 1868, el condado de Columbia registró 1.222 votos para el candidato republicano a gobernador del estado Rufus Bullock. En las elecciones presidenciales de noviembre de ese año, en el mismo condado sólo hubo un voto a favor del candidato republicano Ulysses S. Grant.

Con frecuencia, el Klan intimidaba a maestros de escuela y empleados de la Oficina Federal de Refugiados, Liberados y Tierras Abandonadas (Freedmen's Bureau), así como a miembros negros de las Ligas de la Unión. De acuerdo con una investigación del Congreso hecha durante un episodio en Misisipi:
La señorita Allen, de Illinois, una de estas maestras, cuya escuela estaba en Cotton Gin Port (condado de Monroe, Misisipi), recibió una visita...entre la una y las dos de la noche en marzo de 1871, de cerca de cincuenta hombres montados y disfrazados. Cada uno vestía una larga túnica blanca, y llevaba cubierta la cara por una máscara suelta, con rayas escarlata. Se le ordenó a la maestra que subiera a vestirse, lo cual hizo enseguida. Luego recibió en su habitación a un capitán y un teniente, quienes además del disfraz de todos, llevaban un par de cuernos en la cabeza y un artefacto en la frente. El teniente tenía una pistola en la mano, y el capitán se sentó mientras ocho hombres entraron, llenando el vestíbulo. Trataron "caballerosa y tranquilamente" a la maestra, pero se quejaron del impuesto por las escuelas, diciendo que debía dejar la enseñanza de inmediato y partir para nunca volver. La avisaron, además, de que ellos nunca dan un segundo aviso. La maestra dejó el condado.

Los miembros del Klan aseguraron haber matado a más de ciento cincuenta negros en un solo condado de Florida, y cientos más en otros condados.12 Una proclamación hecha por Gordon en 186813 resume varios de los asuntos detrás de las violentas actividades del Klan:

  • Muchos negros eran veteranos del Ejército de la Unión y, por lo tanto, estaban armados. Desde el principio, uno de los principales objetivos del Klan era confiscar las armas de fuego de los negros. En la proclama, Gordon afirmaba que se había disparado en tres ocasiones sobre el Klan, y que "si los negros nos quieren hacer la guerra, deben atenerse a las consecuencias".
  • Gordon alegaba que el Klan era una organización pacífica. Este alegato era un común intento del Klan para evitar procesos legales. No obstante, un jurado federal determinó en 1868 que el KKK era una "organización terrorista". Cientos de procesos por violencia y terrorismo siguieron a esta determinación. Varios miembros del Klan fueron procesados, y muchos huyeron de las jurisdicciones que los perseguían, principalmente en Carolina del Sur.
  • Gordon anunció que algunos habían llevado a cabo actos violentos en nombre del Klan. Había algo de cierto, puesto que algunas personas ajenas a la organización se disfrazaban de miembros del Klan para ocultar su identidad. Pero también era claro que a los altos mandos del KKK les convenía alejarse públicamente de estos actos, y la naturaleza secreta y descentralizada del Klan hacía que la membresía fuera un concepto borroso. El Klan fue de muchas formas una fuerza paramilitar que servía a los intereses del Partido Demócrata y aquellos que deseaban la restauración de la supremacía blanca.

La actividad del Klan comenzó a decaer a pocos años de su fundación y, como se muestra en la proclama de Gordon, la organización comenzó a ser usada simplemente como una forma de evadir la persecución de la justicia por actos de violencia. Muchos demócratas del sur empezaron a verlo como una carga, y como una excusa que el gobierno federal usaba para mantener su poder sobre el Sur.

En una entrevista con la prensa en 1868, Forrest se jactó de que el Klan era una organización de importancia nacional, con más de medio millón de miembros, y afirmó que, aunque él mismo no era miembro, simpatizaba y estaba dispuesto a cooperar con ellos, y dijo que tenía la posibilidad de convocar a cuarenta mil miembros en cinco días en caso de necesidad. Explicó también que él no veía a los negros como a enemigos, pero sí a las Ligas de la Unión, a los gobiernos republicanos, como el del estado de Tennessee, y a los carpetbaggers y scalawags. Algo había de cierto en estas declaraciones, ya que el mismo Klan había perseguido a estos colectivos, especialmente a los maestros de escuela llevados al Sur por la Oficina de Refugiados y Liberados (algunos de los cuales fueron abolicionistas antes de la Guerra Civil, o estuvieron activos en el Ferrocarril Subterráneo). Muchos sureños blancos pensaban, por ejemplo, que los negros votaban por el Partido Republicano simplemente porque habían sido influidos por las Ligas de la Unión. Los negros miembros de las Ligas eran los objetivos frecuentes del Klan. En un diario de Alabama, el editorial decía "La Liga no es otra cosa que el Ku Klux Klan de los negros".



El primer Klan nunca estuvo bien organizado. Como grupo secreto, o "invisible", no tenía una membresía formal, ni obligaciones, boletines, portavoces, capítulos u oficiales de ningún tipo, ni local ni nacional. Obtuvieron popularidad gracias a su reputación, obtenida en gran parte mediante sus estrafalarios disfraces y sus prácticas teatrales. La historiadora Elaine Frantz Parsons dice:

Al desenmascarar al Klan, se reveló a una caótica multitud de grupos antinegros, granjeros pobres y resentidos, bandas guerrilleras, políticos demócratas desplazados, destiladores ilegales de whisky, jóvenes aburridos, sádicos, violadores, trabajadores blancos con miedo de la competencia negra, patrones tratando de aplicar una política laboral rígida, ladrones comunes, e inclusive algunos esclavos liberados y algunos republicanos blancos que tenían intenciones criminales particulares. Al final, todo lo que tenían en común, además de ser abrumadoramente blancos en su mayoría, sureños y demócratas; era que todos se llamaban a sí mismos miembros del Klan.

Como se mencionó anteriormente, la organización nacional de Forrest no tenía control sobre los Klanes locales. Forrest ordenó la disolución del Klan en 1869, con el argumento de que "había sido desviado de sus originales y patrióticos propósitos, convirtiéndose en un grupo injurioso y dañino para la paz pública". Por la falta de control de un organismo nacional, la declaración de Forrest era más bien un síntoma del declive que una causa del mismo. El historiador Stanley Horn escribe que "hablando de forma general, el final del Klan fue más una desintegración localizada paulatina que un desbando formal y decisivo". La prensa en Georgia publicó en enero de 1870 que "la realidad del asunto no es que el Ku Klux Klan sea una banda de criminales organizados, sino que todos los criminales se autodenominan miembros del Ku Klux".


Aunque se estaba usando cada vez más al Klan como una máscara para esconder crímenes no necesariamente políticos, las autoridades locales y estatales rara vez actuaron en su contra. En casos de linchamiento, los acusados blancos eran absueltos casi siempre, y en el raro caso de que el acusado fuera encontrado culpable, casi nunca era condenado. En muchos estados había temores de que los negros se organizaran en milicias que comenzaran una guerra racial. Cuando William Woods Holden, gobernador republicano de Carolina del Norte, llamó a ejercer acciones contra el Klan en 1870, lo único que consiguió fue ser arrasado en las elecciones siguientes.

A pesar del poder del Klan, había cierta resistencia a sus prácticas de terror. A veces, eran grupos organizados los que lo enfrentaban. Veteranos blancos del Ejército de la Unión organizaron el "anti Ku-Klux" en el condado de Blount, Alabama. A nivel nacional, existió un movimiento para oponerse al Klan, aunque la misma existencia del Klan era cuestionada por muchos demócratas, que llegaban a creer que el Klan era invento de los nerviosos gobernadores republicanos del sur. En enero de 1871, el senador republicano por Pennsylvania, John Scott, reunió un comité que recogió 52 testimonios de las atrocidades del Klan. Ya muchos estados del sur habían establecido legislaciones anti-Klan. Éstas fueron el modelo para que, en febrero, el congresista por Massachusetts y ex general de la Unión Benjamin Franklin Butler, redactara una ley nacional al respecto; que sería conocida como el Acta de Derechos Civiles de 1871, o el Acta Ku Klux Klan.

En 1871, el presidente Ulysses S. Grant firmó el Acta, según la cual las tropas federales debían ejercer la fuerza pública en lugar de las estatales, y los miembros del Klan debían ser procesados legalmente en una corte federal, en vez de las cortes locales y estatales. Bajo esta legislación, cientos de miembros del Klan fueron encarcelados o multados, y se supendió el habeas corpus en nueve condados de Carolina del Sur. A la postre, el Klan fue completamente destruido en ese estado, y diezmado en el resto del país, donde había iniciado ya su declive algunos años atrás.

Sin embargo, tuvieron que transcurrir muchos años para que todos los elementos del Klan fueran eliminados. El domingo de Pascua de 1873, ocurrió la masacre de Colfax, el evento más sangriento de violencia racial durante la Reconstrucción. La masacre comenzó cuando algunos ciudadanos negros se resistieron a la violencia del Klan y a sus aliados de la Liga Blanca en Colfax, Luisiana. Como resultado del enfrentamiento, ciento cincuenta hombres negros perdieron la vida.

En 1882, mucho después de la fundación del primer Klan, la Corte Suprema de los Estados Unidos determinó en el caso "Estados Unidos contra Harris" que el Acta Ku Klux Klan era anticonstitucional en parte, pues la decimocuarta enmienda de la Constitución no extendía el poder del congreso a conspiraciones privadas. Sin embargo, el Acta Ku Klux Klan ha sido invocada en jucios del orden civil posteriormente, incluyendo uno de 1964 en el que se juzgaba el asesinato de tres trabajadores por los derechos civiles; el asesinato de Viola Liuzzo en 1965, y el caso "Bray contra la Clínica Femenina de Alexandria" de 1991.

En las cuatro décadas y media que siguieron a la eliminación del Ku Klux Klan, las relaciones raciales en los Estados Unidos llegaron a su punto más bajo. La década de 1890 vio el mayor número de linchamientos por racismo que ha habido en ese país, según el Instituto Tuskegee.

El segundo Ku Klux Klan se fundó en 1915, demostrando el recientemente descubierto poder de los medios masivos de comunicación. Ese año tuvieron lugar tres eventos íntimamente relacionados:

  • Se estrenó la película The Birth of a Nation (El nacimiento de una nación), de D. W. Griffith, en la cual se glorifica y mitifica al primer Ku Klux Klan.
  • Leo Frank, un judío acusado de violar y asesinar a una joven llamada Mary Phagan, fue linchado en medio de un gran frenesí mediático.
  • Se fundó el segundo Ku Klux Klan, con nuevos objetivos antisemitas y antiinmigrantes. La mayoría de los fundadores pertenecían a una organización llamada "Los Caballeros de Mary Phagan".

La película El nacimiento de una nación glorificaba al primer Klan, que en ese entonces era ya una memoria lejana. La película se basa en el libro y obra de teatro The Clansman ("El hombre del Clan"), así como en el libro de Thomas Dixon The Leopard's Spots ("Las manchas del leopardo"). La película generó una locura nacional por el Klan. En una función de preestreno en Los Ángeles, se contrató a actores que se disfrazaron como miembros del Klan como parte de la promoción. En algunos casos, la audiencia entusiasmada disparaba sus armas hacia la pantalla.

La popularidad e influencia de la película aumentaron cuando el historiador y presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson avaló la exactitud de la misma. Gran parte de la iconografía del Klan, incluyendo los disfraces blancos y las cruces ardientes, procede de la película, la cual se inspiraba más en el romántico concepto que Thomas Dixon tenía de la vieja Escocia que en los auténticos símbolos usados por el primer Klan.

El nacimiento de una nación incluye numerosas citas de la obra de Wilson Historia del pueblo estadounidense. Al ver una proyección exclusiva en la Casa Blanca el 18 de febrero de 1915, Wilson exclamó "esto es como escribir la historia con un relámpago, y lamento que todo es terriblemente verdadero". La familia de Wilson fue simpatizante de la Confederación durante la guerra civil, y en una iglesia cuidaba de los soldados confederados que habían sido heridos. Cuando Wilson era joven, se había opuesto vigorosamente a la Reconstrucción, y, como presidente, revivió las políticas de segregación racial en el gobierno federal, por primera vez desde la reconstrucción. Dado el fuerte mensaje partisano que la película contenía, y la documentada perspectiva que Wilson poseía acerca del racismo y del Klan, es razonable interpretar sus comentarios como apoyo a la organización racista. La correspondencia que Wilson sostuvo posteriormente con el director Griffith confirma el entusiasmo del presidente por la película. Las opiniones de Wilson fueron publicadas e inmediatamente suscitaron controversia. El apoyo de Wilson hacia la película aumentó la popularidad de la misma, la cual fue un factor importante en la creación del segundo Klan.

El mismo año, el linchamiento del judío Leo Frank ocupó gran parte de la atención del público. Frank, gerente de una fábrica en Marietta, Georgia, fue acusado de crímenes sexuales y del asesinato de Mary Phagan, una niña de catorce años empleada en su fábrica. Frank fue condenado a muerte en un cuestionable juicio, donde se solicitó que ni el acusado ni su abogado defensor estuvieran presentes en el momento de anunciar el veredicto, ya que se temía que la turba que rodeaba el edificio de la corte actuara violentamente. Las apelaciones de Frank no prosperaron, pero el gobernador del estado cambió la sentencia de muerte por una de cadena perpetua. Sin embargo, la turba, autollamada Los Caballeros de Mary Phagan secuestró a Frank de la prisión donde se encontraba y lo linchó públicamente.

Muchos sureños consideraban que Frank era culpable, y para ellos había una fuerte resonancia entre el juicio y la película El nacimiento de una nación, ya que veían una analogía entre Mary Phagan y Flora, un personaje de la película. Flora era una joven virgen que se lanza de un acantilado para evitar ser violada por el personaje negro Gus, quien era descrito como un "renegado, producto de las viciosas doctrinas que los carpetbaggers esparcieron".

El juicio de Frank fue hábilmente utilizado por el político georgiano Thomas E. Watson, quien también era editor de la revista The Jeffersonian, y a la postre fue parte importante en la reorganización del Klan. El nuevo Klan fue oficialmente inaugurado en una reunión presidida por William J. Simmons, en presencia de algunos ancianos miembros del Klan original, además de miembros de los Caballeros de Mary Phagan.

Para el segundo Klan, Simmons se inspiró en la proclama original que George Gordon escribió en 1867,35 especificando como los propósitos del Klan:

  • Primero: proteger al débil, al inocente y al indefenso de las indignidades y ofensas de parte de los violentos y brutales proscritos de la ley; rescatar al oprimido y al lastimado; socorrer al que sufre y al desafortunado, especialmente a las viudas y huérfanos de los soldados confederados.
  • Segundo: proteger y defender a la Constitución de los Estados Unidos
  • Tercero: ayudar y auxiliar en la ejecución de todas las leyes constitucionales, protegiendo a la gente de detenciones ilegales y de juicios que no sean por sus pares y de conformidad con las leyes del territorio.

Los historiadores han recogido listas de miembros de algunas unidades locales, y cotejado los nombres con los directorios telefónicos o los registros locales para crear un perfil estadístico de los miembros. Los grandes periódicos eran unánimemente hostiles, e intentaban ridiculizar a los miembros del Klan, llamándolos granjeros ignorantes. Un análisis detallado en el estado de Indiana muestra, sin embargo, que ese estereotipo es erróneo:

Los miembros del Klan en Indiana representaban un corte de la sociedad entera: no había desproporción entre la comunidad urbana y rural, así como tampoco la había entre los miembros de la clase trabajadora, clase media o profesional. Por supuesto que los miembros del Klan eran protestantes, pero no pueden ser descritos como exclusiva o predominantemente fundamentalistas. En realidad, su afiliación religiosa era un reflejo de la sociedad blanca protestante, incluyendo a aquellos que no pertenecían a ninguna iglesia concreta.
El Klan tuvo éxito reclutando a lo largo del país a millones de nuevos miembros, y alcanzó su nivel máximo en la década de 1920, cuando el 15% de la población formaba parte de sus filas y tenía Capítulos locales por todo Estados Unidos, además de algunos en Saskatchewan, Canadá.

Esta vez, los líderes del Klan lo gestionaban como una organización lucrativa, y participaron en el boom de las Organizaciones fraternales de la época. Al ingresar al Klan, los nuevos miembros debían comprar sus disfraces y pagar una cuota de iniciación. Los organizadores del reclutamiento se quedaban con la mitad del dinero, y enviaban el resto a oficiales estatales o nacionales. Cuando el organizador había terminado con el reclutamiento en la zona, montaba una manifestación que a veces incluía cruces ardientes y quizás una entrega ceremonial de la Biblia a un ministro protestante de la localidad. Después, el organizador se retiraba del pueblo con el dinero.

El segundo Klan tenía nuevos propósitos antisemitas, anticatólicos y antiinmigrantes. Con esto, el Klan consiguió extender fácilmente su alcance, al reclutar miembros por todo el Medio Oeste, cuando anteriormente los estados del Sur eran los que más contribuían a engrosar sus filas. Los reclutadores hacían énfasis en señalar a los banqueros judíos, los negros, los católicos o algún otro grupo social o étnico como los causantes de los problemas del ciudadano común. La diferencia entre el primer KKK y el segundo, radica en que, mientras el primero podía caracterizarse como sureño y del partido Demócrata, el segundo Klan era predominantemente Republicano, y su influencia se extendía por todos los Estados Unidos.

En las décadas de 1920 y 1930, una facción del Klan llamada la Legión Negra tenía una gran actividad en el medio oeste de los Estados Unidos. La Legión Negra usaba uniformes negros, en vez de las túnicas blancas características. Esta Legión fue la facción más violenta del Klan, y adquirió notoriedad por asesinar socialistas y comunistas.

Adicionalmente, algunos grupos del KKK tomaron parte en linchamientos, llegando a asesinar a soldados negros que volvían de la Segunda Guerra Mundial, estando aún usando sus uniformes militares. El Klan les advirtió a los negros que debían respetar los derechos de la raza blanca "en cuyo país se les permite vivir".

Mediante funcionarios gubernamentales que simpatizaban con el Ku Klux Klan, los gobiernos de los estados de Tennessee, Indiana, Oklahoma, y Oregón, así como algunas legislaturas en los estados del sur; estaban bajo control del Klan. Edward Jackson, un Republicano miembro del Klan, fue electo gobernador de Indiana en 1924, y todo el aparato gubernamental se vio permeado por miembros del Klan. En California, el Klan decidió convertir a la ciudad de Anaheim en una ciudad modelo. Secretamente tomó el control del consejo de la ciudad, pero fue expulsado tras unas elecciones especiales.

El Partido Demócrata realizó su convención nacional de 1924 en Nueva York. La notoria participación de los delegados del KKK, le dio el mote de "Convención Klanbake". La convención debía elegir un candidato para Presidente. Los contendientes eran William McAdoo, respaldado por el Klan; y el gobernador de Nueva York Al Smith, quien era repudiado por el Klan dada su religión católica. Tras varios días de enfrentamientos, ambos contendientes se retiraron exhaustos sin que hubiera un ganador claro. El Ku Klux Klan consideró que William McAdoo había salido victorioso, pues por lo menos consiguió evitar que el partido adoptara una plataforma política encabezada por un católico. El Klan celebró la "victoria" en Nueva Jersey, el 4 de julio de 1924, con una conmemoración donde miles de miembros quemaron cruces y efigies de Al Smith y gritaron consignas contra la Iglesia Católica.

En algunos estados, el Klan demostró un deseo genuino de reformas políticas y sociales,43 como en el estado de Alabama. Dado que en el estado había una estructura política conservadora, el Klan se veía a la vanguardia de medidas "progresistas" como la educación pública, construcción de vialidades, prohibición del alcohol, y otras. Para 1925, el KKK era una fuerza política de considerable poder en el estado. Poderosos como J. Thomas Heflin, David Bibb Graves, y Hugo Black manipulaban a los miembros del Klan contra la potencia de los industriales que habían dominado el estado. Black fue electo senador en 1926, y se convirtió en un activo favorecedor de la política del New Deal. Cuando Black fue nominado para ser magistrado en la Suprema Corte en 1937, hubo un escándalo nacional al descubrirse que Black había sido un miembro prominente del KKK. Sin embargo, Black consiguió mantener el puesto. En 1926, el líder de un Capítulo local en Alabama, Bibb Graves, fue electo gobernador, con el respaldo del Klan. Graves encabezó uno de los periodos más progresistas que Alabama había tenido. Como resultado de estas victorias políticas, los grupos del KKK se sintieron con la protección del gobierno para llevar a cabo sus actividades. Una oleada de terror se desató en el estado en 1927, donde el Klan atacaba no solo por motivos raciales, sino que también por razones morales que el mismo KKK juzgaba. Hubo incursiones a burdeles y hoteles de paso; y se reportó el secuestro de una mujer divorciada, que fue atada a un árbol y flagelada con el torso desnudo. El contraataque de la elite conservadora comenzó en la prensa. Grover C. Hall, editor de la publicación Montgomery Advertiser comenzó a atacar al Klan por su intolerancia religiosa y racial. A la postre, Hall recibió un premio Pulitzer por sus publicaciones. En otros periódicos, la firme y constante atmósfera de ataques al Klan se mantuvo. El contraataque en los medios funcionó, pues el estado de Alabama votó a favor del católico Al Smith para Presidente de los Estados Unidos en las elecciones de 1928, y los miembros del Klan en el estado disminuyeron a menos de seis mil para 1930.

El colapso del segundo Klan se debió parcialmente a la reacción en su contra, y en parte gracias al escándalo alrededor de David Stephenson (entonces miembro del Partido Republicano, después de haber sido miembro del Partido Socialista y del Partido Demócrata), miembro del Ku Klux Klan que fue condenado por la violación y el asesinato de Madge Oberholtzer, tras un juicio que fue sensación nacional.

De acuerdo al historiador Leonard Moore, tanto los escándalos como las reacciones contra el Klan progresaron gracias a que había fallas críticas de liderazgo en el Klan, lo cual provocó el colapso de la organización:
Stephenson y los otros vendedores y aspirantes políticos que maniobraban por el control del imperio invisible de Indiana, carecían de la habilidad y el deseo de utilizar al sistema político para llevar a cabo los propósitos manifiestos del Klan. Ellos tenían poco interés, o tal vez no conocían las preocupaciones más fundamentales del movimiento. Para ellos, el Klan no era sino un medio para que ganaran riqueza y poder a nivel personal. Ellos habían llegado a la cima del poder en la encapuchada organización ya que el Klan no había necesitado un liderazgo fuerte y dedicado, hasta que se convirtió en fuerza política. Los políticos más experimentados que respaldaban al Klan, no ayudaron mucho. Las divisiones internas eran una barrera para algunos, y en otros casos su apoyo era pragmático y no por convicción. Cuando las acusaciones de crímenes y corrupción mancharon al Klan, aquellos que se preocupaban por su futuro político tenían menos motivos para actuar en nombre del Klan.
Como resultado de los escándalos, el Klan cayó de la gracia del público, y en la década de 1930 se retiró de la actividad política. El líder nacional Hiram Evans, vendió la organización en 1939 al veterinario de Indiana James Colescott y a un médico de Atlanta, Samuel Green, quienes fueron incapaces de frenar el éxodo de los miembros del Klan. La imagen de la organización recibió otro golpe cuando se descubrieron las simpatías que Colescott tenía por organizaciones pronazis; la involucración del Klan en los disturbios raciales de Detroit en 1943; y esfuerzos por sabotear la intervención estadounidense en la guerra mundial. En 1944, el Klan recibió una citación para pagar $685,000 por concepto de impuestos vencidos, y Colescott se vio forzado a reunificar la organización en 2005


Después de la disolución del segundo Ku Klux Klan, diversos grupos independientes comenzaron a utilizar el nombre. Al paso del tiempo, la membresía estimada del Klan cambió como sigue (los años de la tabla representan periodos aproximados):

Año N° de miembros
1920 4.000.000
1930 30.000
1970 2.000
2000 3.000


En la década de 1950, muchos de los Klanes individuales se resistieron al Movimiento por los Derechos Civiles, a través de actos de violencia e intimidación. Entre los sucesos más notorios están:
  • El asesinato del organizador de la NAACP, Medgar Evers en Misisipi. En 1994, un antiguo miembro del Klan llamado Byron De La Beckwith fue condenado por el asesinato de Evers.
    La muerte del líder de la NAACP, Vernon Dahmer, en 1966, también en Misisipi. El ex miembro del Klan Sam Bowers, fue condenado en 1998 por este asesinato. Junto con Bowers, se condenó a otros dos miembros del Klan.
  • La explosión en la iglesia de la calle 16 en Alabama, que mató a cuatro niños en 1963. Aunque cuatro miembros del Klan estaban entre los sospechosos desde el inicio, no fueron procesados sino hasta años después. Entre ellos, Robert Chambliss fue condenado en 1977, Thomas Blanton y Bobby Frank Cherry fueron condenados por asesinato en 2001 y 2002, respectivamente.
  • El asesinato de Willie Edwards Jr. en 1957. Los miembros del Klan obligaron a Edwards a saltar desde un puente sobre el río Alabama.
  • Los asesinatos de 1964, de trabajadores de los derechos civiles Chaney, Goodman, y Schwerner en Misisipi. En junio de 2005, 41 años después, el miembro del Klan Edgar Ray Killen fue condenado por estos asesinatos
  • El asesinato de Viola Liuzzo en 1965. Liuzzo era una católica sureña, activista por los derechos civiles, que vivía en Detroit. Ella y su esposo Anthony Liuzzo fueron al sur para participar en una marcha por los derechos civiles, cuando fue asesinada al transportar a varios marchistas.

Estos crímenes fueron parte de los que cometió el Klan en esa época. Muchos quedaron sin siquiera ser reportados. Por ejemplo, Harry T. Moore, director estatal de la NAACP, falleció en 1951 junto con su esposa al explotar su casa. El FBI encontró varios sospechosos, pero ninguno de ellos fue procesado. Cuarenta años después, un ex soldado y miembro del Ku Klux Klan comunicó a la NAACP que él y otros miembros del Klan habían conspirado junto con la policía para llevar a cabo el asesinato, y de acuerdo con un acta posterior del Concejo Regional del Sur, en Atlanta:

...las casas de cuarenta familias negras fueron dinamitadas entre 1951 y 1952. Algunos como Moore, eran activistas sociales expuestos al peligro del terror, pero la mayoría eran gente que se rehusaba a seguir las convenciones raciales de la sociedad; o inocentes transeúntes víctimas del terrorismo blanco

A pesar de la extrema violencia de los distintos Klanes, en la época de la posguerra hubo una reacción exitosa contra el KKK. En 1958, el Klan quemó unas cruces frente a los hogares de dos indios Lumbee en Carolina del Norte. Cuando el Klan comenzó su manifestación, de pronto se vio rodeado y perseguido por cientos de personas armadas.


En 1964, el Programa de Contrainteligencia del FBI (COINTELPRO) comenzó a infiltrarse en el Ku Klux Klan para desmembrarlo. La posición de COINTELPRO en el movimiento por los derechos civiles era curiosamente ambigua, pues utilizaba sus tácticas de infiltración, desinformación y violencia por igual contra grupos de extrema izquierda y extrema derecha; pero también contra organizaciones pacíficas como la Conferencia de Líderes Cristianos del Sur, de Martin Luther King. En el caso del asesinato de Liuzzo, esta ambivalencia fue evidente de forma dramática. Uno de los asesinos de Liuzzo era un informate del FBI. Después del asesinato, el FBI comenzó a esparcir rumores falsos, donde se decía que ella era comunista y había abandonado a sus hijos, para entregarse sexualmente a los trabajadores por los derechos civiles. A pesar de estas ambivalencias, en 1982 se informó que los esfuerzos del FBI finalmente habían desintegrado al Klan. El reportero, Jerry Thompson, se había infiltrado al KKK en 1979. Durante la debacle, los líderes del Klan se acusaban mutuamente de ser espías del FBI, y a la postre se supo que Bill Wilkinson, uno de ellos, había efectivamente trabajado para el FBI.

Cuando terminó la lucha por el derecho al voto de los afroamericanos, lucha que había durado un siglo, los Klanes enfocaron sus baterías hacia otros movimientos, incluyendo Acción afirmativa, la inmigración a los Estados Unidos, y especialmente la desegregación racial en los autobuses escolares, que había sido ordenada por los tribunales. En 1971, miembros del Klan hicieron explotar diez autobuses escolares en Pontiac, Míchigan. Uno de los líderes más carismáticos del KKK, David Duke, participó en la crisis de los autobuses de Boston de 1974. Duke fue líder de los Caballeros del Ku Klux Klan de 1974 a 1978. En 1980, Duke creó la NAAWP (Asociación Nacional para el Avance del Pueblo Blanco), una organización política nacionalista.

Durante este periodo, la resistencia al Klan se volvió más común. Thompson informó que durante su corta estancia como infiltrado en el KKK, recibió disparos en su camioneta, los niños le gritaban, y participó en una manifestación del Klan que degeneró en caos cuando unos soldados negros se aproximaron a disolverla. Los intentos de organizar marchas a favor del Klan, frecuentemente se encontraban con contraprotestas, y a veces con violentas confrontaciones.

El Ku Klux Klan evidenció ser vulnerable a las demandas legales. El linchamiento de Michael Donald en 1981, llevó a un pleito legal que condujo a la quiebra a United Klans of America.54 Según el relato de Thompson, muchos grupos del KKK estaban profundamente preocupados por las multimillonarias demandas que estaban recibiendo algunos de sus miembros.


El Ku Klux Klan en el siglo XXI

El Ku Klux Klan aún existe, en forma de aislados grupos de simpatizantes, que probablemente no pasan de unos cuantos miles. En 2002, en un reporte del "Extremismo en Estados Unidos", la Liga Antidifamación escribió: "...hoy no hay tal Ku Klux Klan. La fragmentación, la descentralización y el declive han seguido ininterrumpidamente". Sin embargo, también puntualizan que "la necesidad de justificarse aún persiste en los descontentos, y es improbable que desaparezca, independientemente de cuán bajo llegue la suerte del Klan".

Algunas de las mayores organizaciones del KKK son:

  • Iglesia de los Caballeros Estadounidenses del Ku Klux Klan (Church of the American Knights of the KKK, o "KKKK")
  • Klans Imperiales de Estados Unidos (Imperial Klans of America)
  • Caballeros de la Kamelia Blanca (Knights of the White Kamelia)
  • Caballeros del Ku Klux Klan (The knights of the Ku Klux Klan). Están encabezados por el Pastor Director Nacional, y tienen su sede en Zinc, Arkansas. Dicen que son la mayor organización del KKK actualmente, y se autodenominan "el Klan de la sexta era".

Hay otras organizaciones de menor tamaño que continúan usando el nombre del Ku Klux Klan, en todo el país.

En 2005, se calculaba que había unos tres mil miembros del Klan, divididos en 158 capítulos, surgidos de varias organizaciones independientes. Casi dos tercios de ellas se encuentran en los estados que alguna vez fueron Confederados. El otro tercio, se encuentra mayoritariamente en el Medio Oeste de los Estados Unidos.

La ACLU (Unión Americana de Libertades Civiles) ha otorgado apoyo legal a varias facciones del KKK, en defensa de sus derechos de manifestaciones, desfiles y marchas, otorgados por la Primera Enmienda de la Constitución; así como de su derecho a proponer candidatos a puestos públicos. En julio de 2005, la casa de un hombre hispano fue quemada tras acusaciones de violencia sexual contra una niña blanca de nueve años. Después del incidente, miembros del Klan aparecieron con sus túnicas blancas, repartiendo panfletos. El Klan organizó una marcha antiinmigrantes en Russellville, Alabama, en mayo de 2006.

sábado, 8 de octubre de 2011

LA SAGA DE LOS TEMPLARIOS


La Tetralogía de los Templarios nace de la imaginación de Amando de Ossorio, director y guionista gallego que ya había hecho sus pinitos en el fantástico con Malenka: la sobrina del vampiro -rodada en 1968 y con un reparto encabezado por la sueca Anita Ekberg, protagonista de La Dolce Vita (1960) de Federico Fellini- y que solo abandonaría el género en el resto de su carrera en un par de ocasiones.

Según contaba el propio Ossorio, le costo encontrar productores para su proyecto, ya que estos lo veían como algo invendible, al no tratarse de personajes terroríficos conocidos por el gran público, como pudieran ser Drácula o Frankenstein. Para ello, Amando dibujó unas láminas y máscaras representando la caracterización de los famosos monjes-guerreros (su otra pasión aparte del cine fue la pintura), logrando, por fin, la tan esperada financiación para llevar a cabo la obra por la que sería recordado para siempre. Con este apunte queda patente el poco interés que había dentro de la industria española en aportar algo novedoso al género, más preocupada en amortizar el capital invertido, repitiendo manidos clichés, “yendo a lo seguro”, que en innovar y diferenciarse del resto de la producción europea.

Pero, ¿de dónde vienen los templarios de Ossorio? Si bien es incuestionable la sombra alargada del entonces reciente éxito de La noche de los muertos vivientes (Night of the Living Dead, 1968) de George A. Romero, tampoco es menos cierto que Ossorio también bebe de Gustavo Adolfo Bécquer y de la verdadera Orden del Temple para dar forma a sus criaturas. Por un lado, no dejan de ser muertos que salen de sus tumbas para devorar carne humana, aunque, a diferencia de los de Romero, dotados de inteligencia, pero por otro lado tienen un halo de oscurantismo, de brujería, propia de la leyenda de la Orden del Temple y de las leyendas de Bécquer.

LA NOCHE DEL TERROR CIEGO: EL COMIENZO DEL MITO


El 10 de abril de 1972 es estrenada La noche del terror ciego, punto de partida de la saga de los templarios y, como ya hemos dicho, de uno de los mitos más conocidos del fantaterror español. En principio, el título original iba a ser Terror ciego, pero para aprovechar el éxito comercial cosechado el año anterior por La noche de Walpurgis de León Klimovsky (en el que ya aparecía un monje con un aspecto muy similar al de los templarios de Ossorio) y, sobre todo, el de cierta película norteamericana sobre muertos que regresan a la vida, citada anteriormente, se le añadió la coletilla de “La noche de” . Otro detalle más que deja a las claras lo mucho de explotación de éxitos ajenos y lo poco de originalidad que hubo en el movimiento fantástico español.

Pero ¿por qué el título de La noche del terror ciego? Como explica en la cinta el profesor a la pareja protagonista, Berzano (nombre del pueblo abandonado donde habitan los muertos vivientes) era en la antigüedad un priorato de los templarios donde éstos practicaban ritos satánicos. Por esos hechos fueron condenados a muerte por herejes, y sus restos expuestos a la opinión pública hasta que los cuervos les arrancaran los ojos, motivo por el cual, por las noches, sus cadáveres momificados vagan ciegos, localizando a sus víctimas por el sonido, para poder continuar realizando sacrificios al diablo. Si bien es risible que los zombis sean ciegos por haberles sido arrancados los ojos de sus cuerpos, y sin embargo puedan oír, cuando sus momias no tienen oídos, es esta premisa argumental sobre la que se apoyan gran parte de las situaciones terroríficas de la película, como el instante en que el personaje interpretado por Lone Fleming es localizado por el ruido de los latidos de su corazón.

Rodada en coproducción con Portugal, aunque, según palabras del propio Ossorio, fue una maniobra de cara a la censura, siendo la participación lusa mínima, ya que al ser coproducida había más posibilidades de estrenarla sin que fuera prohibida en su totalidad. También, para evitar problemas, se modificó la verdadera cruz de los templarios por su parecido con la cruz de Caravaca, poniendo en su lugar una cruz egipcia que significa vida eterna; no obstante, este cambio supone un gran acierto con respecto a la trama. No es de extrañar que el director gallego tomara tantas precauciones, ya que su opera prima, Bandera negra, de 1956, fue prohibida sin llegar a estrenarse, por tratarse de un alegato contra la pena de muerte, circunstancia esta que casi acaba con su carrera, aparte de ser multado por rodar la película sin los permisos oportunos.

Llama la atención la banda sonora compuesta para la ocasión por Antón García Abril, autor de los scores de la mayoría de las comedias españolas de los 70, unos cantos gregorianos que suenan muy tétricos y que, según parece ser, fueron grabados solamente por dos voces, entonando el nombre del productor Pérez Giner y tratadas convenientemente al revés. Sin duda, nos encontramos ante uno de los mayores logros de este músico y una de las mejores, si no la mejor, banda sonora que tuvo el género en España.

En este primer título se dan cita muchos de los ingredientes que veremos en el resto de la tetralogía, pese a que ciertos detalles irán cambiando en cada entrega. Por un lado tenemos el triángulo amoroso, la inclusión de alguna escena erótica, en este caso, las relaciones lésbicas entre las dos muchachas, el encierro y acoso que sufren los protagonistas a manos de los templarios, y la escena ambientada en la Edad Media, que servirá al director gallego durante toda la saga para mostrar las credenciales de los siniestros templarios.

Una de las claves del éxito del film, es un puñado de escenas rodadas con pericia y buen hacer, que quedan grabadas en la retina del espectador, como:

- La resurrección de los templarios, uno de los momentos míticos de la saga. En medio de la noche suenan campanadas en el cementerio de la abadía abandonada. Vemos cómo las tumbas empiezan a resquebrajarse, manos descarnadas salen de las lápidas y, finalmente, los esqueletos encapuchados de los monjes-guerreros hacen acto de presencia. Se trata de una escena con una atmósfera irreal, que como ya hemos dicho antes, enlaza directamente con las descripciones dadas por Bécquer en “El monte de las ánimas” o “El miserere”.

- Las persecuciones, donde tenemos uno de los mayores hallazgos visuales de la tetralogía: las cabalgadas a cámara lenta de los caballeros templarios, que junto a la banda sonora de García Abril logran unas imágenes que parecen sacadas de una pesadilla. Por cierto, cabe destacar que la persecución en campo abierto que sufre la muchacha interpretada por Helen Harp (en realidad, la catalana María Elena Arpón) a manos de dos jinetes zombis recuerda a la llevada a cabo por dos Nazgul a Frodo y Arwen en El señor de los anillos: La comunidad del anillo (The Lords of the Rings: The Fellowship of the Ring, 2001) de Peter Jackson. ¿Coincidencia? Quién sabe, como veremos más adelante, no será la única vez que ocurran estas similitudes entre escenas de la obra de Ossorio y de películas posteriores.

- Cuando la pareja protagonista es informada por el profesor sobre la veracidad de las leyendas que corren sobre Berzano, Ossorio aprovecha para incluir una escena ambientada en el medievo, muy bien planificada, en la que vemos cómo después de torturar a una muchacha, los monjes beben sangre de sus heridas para alcanzar la vida eterna. Esta escena, en el montaje americano, esta situada como prólogo, antes de los títulos de crédito.

- El ataque al tren, principalmente cuando vemos cómo gotea en la cara de una niña la sangre de su madre que acaba de ser degollada por los diabólicos zombis, que sirve como ejemplo de la imaginación de la que hace gala Ossorio, para recrear imágenes impactantes.

Aun con todas sus virtudes, la película no deja de quedar algo coja, dando la sensación de que el director no sabe sacar jugo a tanta situación apuntada (como el caso de vampirismo que sufre la primera víctima tras ser atacada por los templarios, que no se volverá a repetir en ninguna de las otras películas), o la inclusión de las escenas eróticas, que además de no aportar nada a la historia lastran el ritmo de la cinta.

Como curiosidad, señalar que Amando de Ossorio realiza un cameo en la última secuencia, haciendo del jefe de la estación de trenes que encuentra a la protagonista en el vagón del carbón.

EL ATAQUE DE LOS MUERTOS SIN OJOS: OSSORIO Y ROMERO


Tras el éxito conseguido por La noche del terror ciego, es estrenada en 1973 su primera secuela, El ataque de los muertos sin ojos. En esta ocasión nos encontramos con un reparto superior al de la anterior cinta –los protagonistas de aquélla eran contumaces intérpretes de fotonovelas románticas, muy de moda en la época-, lleno de caras conocidas, aunque también haya sitio para actores que habían aparecido en la primera parte, interpretando, eso sí, roles distintos. Tenemos a Lone Fleming, protagonista en la anterior cinta, haciendo de mujer de uno de los esbirros del alcalde; a Joseph Thelman, que pasa de contrabandista a novio del personaje interpretado por la bellísima Loretta Tovar; o a Francisco Sanz, que de profesor se convierte en jefe del apeadero del tren. Este hecho de repetir actores es una tónica habitual dentro de la obra de Amando de Ossorio, que, según comentó el fallecido director en diversas entrevistas, venia dada por los pobres presupuestos de sus películas, y por el hecho de que, al tratarse de actores no demasiados conocidos, el público al verlos en pantalla pudieran ponerse en la piel de los personajes con mayor facilidad que si se tratara de actores famosos.

De nuevo tenemos un triángulo amoroso, esta vez conformado por el alcalde-cacique (Fernando Sancho), la novia de éste (Esperanza Roy) y el experto en pirotecnia contratado por el ayuntamiento para las fiestas, un antiguo teniente del ejército, interpretado por Tony Kendall (nombre artístico del italiano Luciano Stella, que volvería a coincidir con Ossorio un año después en Las garras de Lorelei), que se convierte en el héroe de la función. En esta ocasión, el idilio no supone un lastre, sino que enriquece la historia, dando lugar a diversos roces entre los personajes, especialmente durante el asedio en la iglesia, que ayudan al desarrollo del relato.

Si en la anterior película los templarios buscaban víctimas para aplacar su sed de sangre humana, en esta ocasión lo que tratan es de castigar a los descendientes de aquellos que les ejecutaron, y quemaron antes los ojos para que no encontraran el camino del pueblo ante la promesa de éstos de volver después de la muerte para vengarse. Estos hechos nos son presentados en el prólogo, ambientado en la Edad Media, que tiene cierto sabor a las películas de la Universal, donde el pueblo acababa con el monstruo de turno. Toda una declaración de principios, pues se trata de la película más “clásica” de la tetralogía, tanto en planteamientos como en desarrollo.

Ya en la actualidad, Bouzano (nombre muy parecido al del pueblo abandonado de la anterior película, Berzano), conmemora la fecha en que los caballeros fueron derrotados, mientras éstos son despertados de su sueño de siglos a través de un sacrificio humano. Al oír los fuegos artificiales, los diabólicos resucitados se dirigen al pueblo para cumplir su venganza. La inclusión de planos provenientes de La noche del terror ciego para recrear esta secuencia da lugar a que se produzcan fallos de continuidad, pues mientras estos están ambientados de noche, el resto de la acción transcurre de día. Todo hace pensar que fuera para abaratar costes, pero según el director gallego, la reutilización de este material atendía a la complicación de filmar dichas escenas, no a razones de presupuesto. Lo que Ossorio no pudo rodar, esta vez sí por motivos económicos, fue la resurrección de los caballos, para acallar las críticas que preguntaban por el origen de las monturas de los muertos vivientes. De todas formas, esto queda suficientemente explicado en la escena en que Moncha (Loretta Tovar) va a pedir ayuda al jefe del apeadero de trenes, y ante la incredulidad de éste levanta la manta que cubre al caballo con el que ha huido de los templarios, para mostrar que en realidad se trata de un equino momificado.

Cuando los templarios llegan al pueblo se dirigen a la plaza mayor, donde se encuentra la mayoría de los habitantes, colocándose estratégicamente en cada una de las entradas para que no pueda salir nadie. Aquí tenemos la primera situación de encierro de la película, bastante agobiante, pues los aldeanos poco pueden hacer para defenderse de las embestidas de los templarios, que realizan una auténtica masacre. Mención aparte merecen los planos subjetivos en los que vemos cómo los jinetes resucitados, blandiendo su espada, atacan a diestro y siniestro, logrando sumergirnos en la acción, como si fuésemos un personaje más tratando de salvar la vida.

Tras esto, los protagonistas logran refugiarse en la iglesia, mientras el resto de aldeanos es masacrado en las inmediaciones del pueblo. Es en este punto donde la cinta logra mayor interés, dando lugar a diversas situaciones de tensión, como los intentos desesperados de escapar del asedio, las relaciones entre los diversos personajes dentro del encierro o las tentativas de los zombis por entrar en el templo cristiano. Es, principalmente, este punto el que ha llevado a comparar el presente film con La noche de los muertos vivientes. Pese a que son ciertas las similitudes entre ambas obras (esencialmente en el hecho de que los asaltantes sean muertos vivientes), Ossorio, que reconocía haber visto el clásico de Romero, citaba como influencias a diversos westerns de Ford y Hawks, seguramente el mismo modelo tomado en su día por Romero.

En La noche del terror ciego ya se apuntaban detalles gore, que en la cinta que nos ocupa son exprimidos al máximo, llegando a las más altas cotas de sadismo de toda la saga, con una violencia grafica bastante atrevida para su tiempo. Sirva, como ejemplo, la escena en que, en un ritual, los siniestros caballeros arrancan el corazón de una muchacha, para acto seguido comérselo, o cuando en el prólogo los aldeanos queman los ojos de los templarios. No obstante esta secuencia pierde algo de su eficacia a causa de los pobres efectos especiales.

Algunos autores han querido ver en esta película una crítica a la dictadura de Franco. Es innegable que escenas como el ataque a caballo de los Templarios al pueblo en fiestas, o la antológica escena final, deudora sin duda de Los pájaros (The Birds, 1963) de Alfred Hitchcock, donde la llegada del nuevo día acaba con los poderosos caballeros, se pueden asociar respectivamente a los “grises” de la época cargando contra manifestantes, y el final del régimen dictatorial que sufría España por entonces, pese a que el director gallego afirmaba que su única intención era la de parodiar a la clase política de su tiempo, más interesada en el dinero (caso del alcalde-cacique, que no duda en arriesgar la vida de otros para poder huir con el botín), que en los problemas de los ciudadanos (caso del gobernador, que cuando es telefoneado para pedirle ayuda se muestra más preocupado en dar un discurso y en llevarse a su criada a la cama que en escuchar los S.O.S. que le lanzan desde Bouzano).

Nos encontramos ante el mejor título de la tetralogía, en función de sus resultados y de su acabado, donde el engranaje funciona a la perfección, con un ritmo trepidante que va in crescendo, a lo que ayuda el que toda la historia se desarrolle en un solo día y que los personajes sean los mejor trabajados y desarrollados de toda la saga.

EL BUQUE MALDITO: LOS TEMPLARIOS Y EL HOLANDÉS ERRANTE


Debido al gran éxito internacional de los dos primeros títulos, máxime en tierras germanas, una productora alemana encarga a Amando de Ossorio en 1974 una tercera entrega de su saga sobre los caballeros de la Orden del Temple. El buque maldito es la cinta que más difiere del resto de la tetralogía, principalmente por el temor de su creador a repetirse, lo que le lleva a situar el argumento en alta mar, mezclando a los templarios con la leyenda del Holandés Errante. No es la primera vez que el director gallego entremezcla mitos en sus películas, sin ir más lejos, en su anterior trabajo, Las garras de Lorelei, fusionaba la leyenda de esta sirena del folclore alemán con los Nibelungos.

En esta ocasión Ossorio vuelve a recuperar situaciones de La noche del terror ciego, como el idilio homosexual entre dos de las protagonistas, las escaleras de madera podridas que ceden, o el personaje del profesor, en esta ocasión una especie de mezcla entre Van Helsing y el profesor chiflado, una constante en la obra del director, que ya aparecía en Malenka, y que siempre es el encargado de encontrar una explicación a los fenómenos sobrenaturales que acechan a los protagonistas. En el reparto tenemos al norteamericano Jack Taylor y a la austriaca Maria Perschy, dos de los actores más asiduos del fantástico español del periodo, acompañados por Carlos Lemos, Manuel de Blas y una jovencísima Bárbara Rey, en su primer papel “con peso” y que protagoniza una de las mejores secuencias del film, cuando, pretendiendo escapar de los diabólicos monjes, intenta pedir agónicamente auxilio con la garganta cortada, mientras los resucitados tiran de sus talones para llevarla escaleras abajo.

La trama comienza cuando unas modelos que están haciendo una especie de promoción / montaje de unas lanchas deportivas desaparecen en alta mar. La última noticia que se tiene de ellas es que se toparon con un galeón antiguo. Una expedición sale en su búsqueda, topándose también con la nave fantasma, que vaga sin rumbo. Una vez a bordo descubrirán los terribles secretos del buque y sus habitantes. Como se puede intuir, todo este prólogo, donde se advierte una cierta apatía por parte del director en su filmación, es solo un pretexto para llevarnos hasta el escenario donde habitan los templarios, en este caso el navío, cosa que ya ocurría, en menor medida, en sus dos precuelas, donde la mayor parte de la historia era una coartada para conducir a los personajes al terreno de lo terrorífico.

Uno de los mejores aspectos de este título es la atmósfera conseguida en toda la parte desarrollada en el barco, en la cual se respira un halo de irrealidad, como si, efectivamente, el buque estuviera en medio de la nada más absoluta, gracias al espléndido trabajo del fotógrafo aragonés Raúl Artigot. Otro de los aciertos es el apropiamiento de iconos de la imagineria vampírica, sugerido ya en los anteriores títulos, pero que en esta oportunidad esta más presente si cabe, como la utilización de una cruz (envuelta en fuego) para rechazar a los resucitados caballeros o la estancia repleta de sarcófagos, donde descansan durante el día los restos de los templarios, que evoca ciertos pasajes del Nosferatu el vampiro (Nosferatu, eine Symphonie des Grauens, 1922) de Murnau.

A pesar de la estimulante y original trama, y de los aciertos comentados, El buque maldito naufraga estrepitosamente por culpa del tedioso ritmo narrativo, consecuencia del ridículo presupuesto asignado (otro de los males endémicos, salvo en contadas ocasiones, del cine de género nacional del periodo), que hace que no se nos muestre en ninguna escena el decorado del barco entero o que haya momentos de vergüenza ajena, como la ridícula maqueta del navío que aparece entre secuencias, o el incendio final de esta misma, donde las llamas son más grandes que el propio buque.

Como anteriormente había señalado, de nuevo encontramos en películas posteriores elementos que evocan a escenas del film que nos ocupa, como la salida de las huestes del capitán Barbosa de debajo de las aguas en Piratas del Caribe: La maldición de la perla negra (Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl, 2003) de Gore Verbinski, o el momento en que unos marineros se topan con el barco fantasma que aparece de la nada en La niebla (The Fog, 1980) de John Carpenter, cosa esta última que no es de extrañar si atendemos a que ambas películas tienen su origen en leyendas sobre navíos espectrales.

LA NOCHE DE LAS GAVIOTAS: LOS TEMPLARIOS Y LOVECRAFT


En 1975 Ossorio pone el punto y final a su tetralogía sobre los caballeros no-muertos, aunque durante cierto tiempo Profilmes (la Hammer española de la época, salvando las distancias, claro está), barajó la posibilidad de juntar en un mismo film a las dos sagas más populares del fantastique español, la protagonizada por Waldemar Daninsky, el licántropo polaco de Paul Naschy/Jacinto Molina y los Templarios de Ossorio. Según las fuentes consultadas, el nombre que debiera haber llevado esta quinta película varía entre El Necronomicón de los templarios, Necronomicón o El cementerio de las poseídas, y su argumento sería, más o menos, el que sigue: Un médico, tratando de liberar a Waldemar Daninsky de su terrible maldición, averigua que en una antigua abadía se encuentra un manuscrito donde quizás pueda hallar la cura para el licántropo: el Necronomicón; lo que ignora es que esa abadía esta poblada por los Templarios, guardianes del libro, del que han obtenido los secretos para vencer al tiempo y a la muerte. Finalmente el proyecto no se llevó a cabo, según parece, por las desavenencias entre Naschy y Ossorio, dando al traste con un proyecto que podría haber culminado en un título señero del género. No sería la última vez que los caminos del director gallego y Jacinto Molina se cruzarían. En 1979, “MoliNaschy” dirigiría Los cántabros, película que en un principio fue encomendada a Amando de Ossorio, y para la que éste ya había buscado localizaciones.

Volviendo a La noche de las gaviotas, el relato comienza cuando una pareja llega al pueblo al que ha sido asignado el hombre como médico. Una vez en el lugar, descubren cierta hostilidad de los lugareños hacia ellos, y extrañas tradiciones, como las procesiones de mujeres por la playa que se suceden cada noche. Muchos autores han visto en la presente obra una adaptación no acreditada de “La sombra sobre Innsmouth” (The Shadow Over Innsmouth) de H. P. Lovecraft, tomando como referencia todos los puntos en común que comparten ambas, como las ofrendas humanas al dios batracio, una especie de Primordial del mundo submarino, la orden esotérica, o el pueblo de pescadores, cosa que Ossorio nunca desmintió, pero tampoco reconoció. Este relato del escritor norteamericano, junto con el que da título al film en cuestión, seria de nuevo llevado a la gran pantalla en 2001, dando como resultado Dagon de Stuart Gordon, uno de los escasos productos interesantes de la Fantastic Factory, y último trabajo del gran Paco Rabal, fallecido durante el rodaje.

Como en El buque maldito, el director gallego vuelve a echar mano de situaciones y personajes de anteriores películas suyas, así la figura del tonto del pueblo, que ya aparecía en El ataque de los muertos sin ojos, o que los sacrificios deban producirse durante un ciclo de tiempo determinado, algo parecido a lo que sucedía en Las garras de Lorelei. En el plantel de actores nos tropezamos con toda una colección de scream queens del fantástico hispano, empezando por la protagonista del film, María Kosty, y siguiendo con la tristemente recordada Sandra Mozarowsky, la “naschyana” Julia Saly y la reina del “destape” durante la transición, Susana Estrada, que repetiría con Ossorio en Pasión prohibida.

Como en las anteriores obras de la saga, la película es rica en hallazgos y detalles, como por ejemplo, la reinvención de las cabalgadas de los Templarios, que adquieren un nuevo efecto en el entorno marítimo; las inquietantes imágenes de las comitivas de mujeres vestidas de luto por la playa en medio de la noche, que desembocan en la entrega de nuevas víctimas a los caballeros del Temple para sus sacrificios humanos; el escenario donde se desarrolla la trama, con ese pueblo opresivo y asfixiante, lleno de habitantes dominados por la superstición y el miedo, donde reina el silencio y una pertinaz niebla lo cubre todo; o los graznidos de las gaviotas a modo de lamento (ya que se supone que se han reencarnado en ellas las almas de las doncellas martirizadas por los caballeros), durante las noches en que son ofrecidas las muchachas del pueblo al dios batracio, y de donde coge el nombre la película, ya que las gavinas no vuelan de noche. Otro de los aciertos viene cuando la pareja protagonista intenta escapar, utilizando para ello los caballos zombis de los Templarios, no consiguiendo que estos obedezcan sus órdenes y llevándolos a la guarida de sus verdaderos amos.

Pero, al igual que en su predecesora, todos estos aciertos se ven ensombrecidos por un monótono tempo y por un repentino final, que, conforme a las palabras del director gallego, no era el previsto, debiendo de haber concluido con la pareja acosada por los diabólicos caballeros cuando intentan huir en un bote. Esto da lugar a que la tetralogía tenga dos desenlaces felices, en los que el mal es derrotado, precisamente en las dos ocasiones en las que se antoja que el público pueda sentirse más identificado con los protagonistas, y dos finales en los que la maldad representada por los Templarios triunfa.

por José Luis Salvador Estébenez

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